Las vacaciones son un buen momento para cuidarse. Sin embargo, a veces los viajes juegan en contra por las largas horas de vuelo, el largo trayecto en carretera, la espera en los aeropuertos o estaciones de tren… Son situaciones en las que no hay que renunciar a estar guapa porque viajar y estar bella no es incompatible. ¿Cómo conseguirlo? Aquí te lo contamos.
Los consejos
Una de las máximas para alcanzar este objetivo es la hidratación. Ya sé que siempre incidimos y hablamos de la importancia de tener una piel hidratada, pero es que cuando se viaja todavía es más relevante porque el medio ambiente o ingerir menos líquidos, entre otros factores, hacen mella en la dermis. Y para estar guapa es fundamental que esté perfectamente hidratada.
Para ello, un buen truco es llevar siempre crema hidratante a mano para ir aplicando a lo largo del día conforme la vayas necesitando. Para no ir cargando con el bote o frasco todo el día, coge una muestra o bien prepárate un pequeño recipiente para llevar en el bolso.
Otro truco muy bueno es mezclar la crema hidratante con la base de maquillaje o con la BB Cream, de manera que la piel gana en hidratación al mismo tiempo que tiene el buen color de las bases.
También es muy útil, aplicar un poco de maquillaje en un tono más tierra, pero sin que haya mucho contraste con el resto del rostro en zonas clave como debajo de los pómulos, las sienes y las aletas de la nariz para ensalzar las facciones.
La mirada es fundamental. La clave en este caso está en utilizar un poco de sombra sobre la cuenca de los ojos. Para lucir natural, porque no es muy adecuado ir excesivamente maquillada durante un viaje, utiliza un tono también tierra similar al que has puesto en pómulos, sienes y nariz.
Finalmente, aplica un poco de colorete de un tono natural para que simplemente las mejillas estén algo sonrosadas, pon rimel y utiliza para los labios un gloss . Y ya estás lista. Solo tienes que coger formatos mini de todo y llevarlos en el neceser del bolso por si hay que retocarse. Y todo solucionado para estar divina mientras se viaja.