Las manos no solo pueden añadir más años a la persona por la aparición de arrugas o porque la piel esté más flácida. Es un efecto que, igualmente, se produce por la aparición de irritaciones y rojeces, que hacen que se vean con un tono no uniforme. A ello también se añade el hecho de que hay personas a las que las venas se les notan mucho, lo que afea las manos desde el punto de vista estético. Son situaciones que, sin embargo, tienen solución y no son tan complicadas si se siguen estos consejos.
Venas
Normalmente, las venas de las manos se aprecian más en personas muy delgadas o deportistas o bien son más evidentes en aquellos casos en los que se ha producido una pérdida de densidad de la piel que, en general, va asociada al paso del tiempo.
El objetivo en este caso es engrosar la dermis y su textura con el fin de rejuvenecerlas. El tratamiento pasa por las infiltraciones de ácido hialurónico con las que se obtienen buenos resultados.
No obstante, en las personas deportistas, la situación varía porque aumenta la presión al realizar mucho más esfuerzo y las venas se saturan de sangre, haciéndose mucho más visibles.
En general, es una situación que tiende a revertirse cuando vuelven a su estado inicial y el cuerpo se ha recuperado de ese esfuerzo.
Rojeces
Las manos son una de las partes del cuerpo que más afectadas se ven por los cambios bruscos de temperatura, aunque igualmente pueden aparecer irritaciones por estar en contacto con sustancias alergénicas.
En el caso de las alergias, la mejor solución es proteger las manos con guantes para no entrar en contacto con esas sustancias y que no se produzcan esas irritaciones, picores e, incluso, descamaciones.
También es fundamental utilizar cremas de manos con urea o sustancias calmantes para evitar las irritaciones y que las manos se vean menos afectadas por los cambios bruscos de temperatura que no solo conllevan la pérdida de un aspecto uniforme, sino que igualmente producen sequedad en su dermis.
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