Esta temporada de otoño-invierno una de las tendencias en maquillaje es el look de chica buena, que se caracteriza por ser muy discreto, aunque se le añaden algunos toques diferentes en comparación con las propuestas de años anteriores. Y es que, ahora, las chicas buenas tienen un cierto aire de sofisticación, a pesar de que se sigue imponiendo el concepto de “buena cara” o “no makeup makeup”.
Las claves
A pesar de ese punto sofisticado, una de las claves de este maquillaje es la naturalidad. Un motivo por el que todo se basa en tonos neutros para poner el foco en dos puntos del rostro: la piel y las cejas.
Para conseguir un rostro natural, la base tiene que ser ligera y del mismo color de la piel, pero también debe cubrir para que se vea una tez perfecta. A continuación, se debe aplicar el blush para resaltar los pómulos, pero dando cierta calidez. Un efecto que, para conseguirlo, se pueden utilizar discretos tonos rosados o melocotón.
El iluminador se convierte en el producto estrella en este maquillaje, teniéndolo que aplicar en los principales puntos de luz como bajo las cejas, en el entrecejo, el puente de la nariz y alrededor de la boca.
En los ojos también se impone la discreción y la naturalidad, siendo conveniente utilizar una sombra en tonos beige, pero ligeramente irisada, para dar profundidad pero sin aportar color. El maquillaje se completa con la máscara de pestañas para dotar de intensidad a los ojos, pero sin poner el foco en ellas. Es decir, hay que dejar las “pestañazas” a un lado, así como el efecto volumen.
En la boca igualmente se tienen que emplear tonos nude semitransparentes para dar más frescura al rostro, mientras que las cejas se convierten en las grandes protagonistas del rostro al enmarcarlo para lo que deben estar bien depiladas y bien definidas.