El corte de pelo a capas es una garantía, ya que nos proporcionan volumen, y la posibilidad de adaptarlos a casi cualquier estilo según la ocasión. Podemos marcar cada capa, de forma que puedan separarse claramente a la hora de peinarnos, o incluso teñirlas de distinto color para un look más arriesgado. También se puede cortar el pelo despuntado, de forma que las capas se unan y simulen una melena completa.
Para elegir el corte a capas que más nos favorezca, debemos prestar atención a la forma de nuestro rostro:
– Rostro redondo: Lo ideal son capas suaves y graduales, con las puntas peinadas hacia fuera. Las capas deben comenzar a la altura de la barbilla y unas ondas suaves en el largo darán el toque decisivo. El largo ideal será como mínimo a la altura del cuello.
– Rostro cuadrado: En este caso las capas deben comenzar a la altura de la mandíbula, para disimular los ángulos. Puedes utilizar rulos, pero sin marcarlos demasiado. Cuanto más largo te dejes el cabello más te favorecerá.
– Rostro ovalado: Si es tu caso, eres afortunada, ya que casi cualquier estilo, largo y corte se adapta a ti. Únicamente conviene evitar capas muy cortas. El estilo ideal es un largo medio, por los hombros y ondas en las capas más largas, o un corte “carré” ondulado.
– Rostro largo: Aparte del flequillo a la altura de las cejas, en este caso, las capas deben comenzar más arriba, a la altura de la nariz. Para estos rostros, lo ideal es ondular el cabello con ondas o rulos.
– Rostro con forma de corazón: Lo idela para ti son las capas largas.
Un consejo para terminar. Si no sabes por cuál decidirte, un corte a la altura de los hombros, en capas y forma triángulo, con bucles amplios y suaves, es un estilo que le queda bien a cualquier tipo de rostro.