A menudo pensamos que el único dato que marca cuándo debemos comenzar a utililzar una crema antiedad es, precisamente, la edad. Sin embargo, aparte de ésta, existen factore como tu fototipo de piel y lo dañada que está para elegir el producto adecuado. Aunque a veces nos pueden parecer cosméticos muy parecidos, cada una tiene una función específica:
Las cremas antiedad estimulan la piel y le aportan nutrientes para que no pierda la elaticidad, al tiempo que la protege de agentes externos que podrían dañarla. Las cremas antiarrugas sólo combaten las arrugas y su objetivo es alisar la piel.
Los expertos recomiendan empezar a utilizar una crema antiarrugas a partir de los veinticinco años, aplicándola por la noche antes de ir a dormir. Con ello conseguiremos retrasar la aparición de futuras arrugas y suavizar los pequeños pliegues del rostro. Es sobre los cuarenta años cuando debemos comenzar a utilizar cremas antiedad edad junto con algún tratamiento adicional para rejuvenecer la piel, como el sérum.
Si tenemos pieles normales o grasas, no es bueno para nuestra piel aplicar cremas de alta concentración. Sólo deberemos utilizarlas si nuestra piel es realmente seca.
Si nuestra piel es muy seca, son muy recomendables las cremas de noche, ya que durante la noche nuestra piel se relaja, logrando una mayor hidratación que si la aplicamos por la mañana, exponiéndola al sol y con el ajetreo del día a día.
Si nuestras arrugas son puntuales, deberemos utilizar contorno de ojos y de labios. Es buena idea complementar este tratamiento aplicándonos crema antiarrugas por la noche antes de ir a dormir y por la mañana, después de lavarnos la cara y antes de salir a la calle, la crema antiedad.