Sabemos que el tabaco es nocivo, además de caro, pero muchas mujeres no se atreven a dejar este hábito porque, según las estadísticas, el 60% de los ex fumadores gana peso al abandonar el cigarrillo. Esto se debe a que mientras somos fumadores la nicotina nos ayuda a quemar entre 100 y 300 calorías al día sin realizar ningún esfuerzo y también acelera nuestro metabolismo lo que hace que, cuando dejamos de fumar, éste se vuelva más lento y los alimentos que consumimos se convierten más rápidamente en energía que, si no quemamos, se transforma en grasa. Por otra parte, dejar de fumar conlleva mucha ansiedad, lo que se suele paliar comiendo, y, al final, se traduce en un desastre para nuestra figura.
Sin embargo, se puede dejar de fumar sin que la grasa se acumule en tu cuerpo. Sólo hay que seguir una serie de consejos:
– Sustituir los alimentos grasos y los dulces por frutas y verduras que te aportarán vitaminas, cereales y frutos secos.
– Para evitar el picoteo al que nos lleva la ansiedad, lo mejor es tener a mano alimentos bajos en calorías, chicles, bebidas sin azúcar y aperitivos que no añadan calorías a nuestra dieta.
– Si tienes ganas de fumar, bebe agua lentamente. Esto también ayudará a que tu piel se hidrate y se limpie. Notarás como tu cutis se vuelve más brillante y tu piel rejuvenece, otro de los beneficios de dejar de fumar.
– Haz deporte para combatir la ansiedad. Puedes pasear al aire libre o practicar jogging o natación.