Una de las rutinas a la que nos enfrentamos la práctica totalidad de las mujeres cada mañana es la lucha que mantenemos por disimular las ojeras y lograr así que nuestro rostro presente un aspecto más fresco y descansado, lo que no es sencillo debido a problemas como la retención de líquidos, la herencia, la edad o no dormir las horas necesarias para que nuestra piel se recupere.
Aunque existe un gran número de productos para disimularlas en las tiendas de cosméticos, muchas veces, por mucho que nos esmeremos, no logramos disimularlas como nos gustaría, y lo que logramos es justamente lo contrario, ya que quedan muy destacadas en el rostro después de aplicar capas y capas de corrector y maquillaje.
Aunque lo más sencillo es echarle la culpa a la falta de efectividad de estos productos, el problema muchas veces reside en que no elegimos el corrector específico para cada tipo de ojera, lo que impide que las disimulemos correctamente.
El primer paso es eliminar las arruguitas que aparecen en las ojeras. Para ello puedes utilizar un sérums reparador con vitamina C o E, que las reduce casi al instante. Su efecto no es muy duradero, pero te ayudará a conseguir una perfecta primera impresión.
A continuación utilizaremos el corrector. Si nuestras ojeras son marrones, debido al exceso de melanina, deberemos utilizar un corrector en beige en un tono más claro (no demasiado) que estas y no te maquilles en tonos tostados. Lo mejor es maquillarte también en tonos marrones, pero cuidando las combinaciones para que no se destaquen.
Si son azuladas, utiliza un corrector amarillo para y si tienen un tono verdoso, utiliza un corrector en tonalidades rosa, que será el que mejor las disimulará. En estos casos, no te maquilles en tonos verdes o azulados, porque destacarán sobre tu rostro.