El ABC de las mechas

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Aunque durante el verano no es habitual decidir hacerse un cambio de color en el pelo porque con el sol y la playa se estropea, lo cierto es que muchas mujeres que no se exponen a los rayos solares sí deciden que puede ser un buen momento para cambiar el look o bien para hacerse los retoques o cambiar el tinte o las mechas que se han venido realizando. La decisión ahora no siempre es fácil porque hay diferentes tipos de mechas -algunas con nombres nuevos-, que conviene conocer.

Los tipos

En primer lugar, están las mechas clásicas que son las más conocidas y populares, que se realizan con los papeles de aluminio térmico y que se dan por toda la cabeza para darle una nueva tonalidad al pelo.

Los reflejos también llevan en boga muchos años y son también de los más conocidos. Su particularidad radica en que es una forma de añadir un toque diferente al pelo, pero de forma más sutil y solo en determinadas zonas del cabello con el fin de conseguir un efecto más natural y aportar un mayor brillo y luminosidad.

En los últimos años, han aparecido las mechas californianas, que consisten en hacer que parezca que al pelo le ha dado el sol. En este caso, hay dos opciones. Una de ellas es la versión clásica en la que se hace un degradado en el que se deja la raíz natural, siendo más indicado para las melenas más claras, mientras que la otra opción son las mechas californianas marcadas en las que el degradado se acentúa y se ve una raíz más oscura y las puntas mucho más claras. Una opción esta última más idónea para las melenas morenas.

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En la lista no pueden faltar las mechas balayage, que se hacen con un pincel y a mano alzada para aportar toques de luz desde la mitad del cabello hacia las puntas, incidiendo sobre todo en esta parte del pelo. El efecto es un degradado más natural.

Últimamente también se habla de las mechas ombré, que se aplican como las balayage, pero con la diferencia de que se oscurecen las raíces y se aclara de forma mínima el cabello en su parte media y en las puntas con el fin de conseguir un contraste sombreado. El degradado es más marcado comenzando en las raíces con un castaño oscuro y acabando con un rubio muy claro.

Y, al final, están las babylights que consisten en crear un color global, pero natural y más vivo que con los tintes tradicionales, para lo que se hacen mechas muy finas y abundantes que se realizan en dos o tres tonos parecidos.

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