El frío, el nuevo secreto para borrar las arrugas


Cuando el ahora famoso bótox hizo su aparición, levantó una gran expectativa, ya que nos traía la manera de prolongar nuestra juventud sin hacer uso del temido bisturí. Y es que las inyecciones de toxina botulínica son una buena opción para todas aquellas mujeres que desean permanecer jóvenes durante más tiempo.

Sin embargo, como todo, tiene adeptos y detractores, y no todo el mundo es partidario de los tratamientos con bótox. Ahora llega otra técnica innovadora que promete buenísimos resultados: la crioneuromodulación. Esto es, congelar las arrugas de expresión.

La belleza que vino del frío


Son muchos los usos que el frío está teniendo últimamente en todo lo que se refiere a la belleza, como lo último en tratamientos para eliminar la grasa localizada, criolipolisis y coolsculpting, que también utilizan el frío. En esta línea, la crioneuromodulación (conocida como frótox por ser parecida al bótox) congela determinados músculos eliminando las arrugas de expresión.

La técnica es sencilla: se generan ráfagas de frío de unos 30 segundos de duración mediante un dispositivo que funciona con agujas pequeñas. Este frío se transmite a las terminaciones nerviosas de la zona de las arrugas, relajando el músculo contraído y atenuándose las líneas de expresión.

Entre las ventajas, la rapidez del tratamiento (dura apenas 15 minutos) y su eficacia inmediata, los resultados son visibles desde el primer momento (en el caso del bótox, éste tarda de tres a cinco días en hacer efecto). En cualquier caso, ambos tratamientos comparten rasgos comunes: para las dos técnicas se emplean agujas. Y aunque el frótox llega pegando fuerte, aún le queda camino por recorrer, ya que es demasiado nuevo para saber cuáles pueden ser sus efectos secundarios, si los tiene. En eso el bótox ya está más que testado.

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