Un complemente esencial que nos permite sentirnos seguras y frescas durante todo el año, pero sobre todo en verano es, sin duda alguna, el desodorante. Muchas veces lo elegimos atendiendo al precio o una marca que nos resulta familiar, sin pararnos a pensar que, además de para evitar el mal olor, otra de las funciones principales que debe tener un desodorante es cuidar la piel de nuestras axilas y devolverles la tersura y la suavidad, sobre todo después de la depilación.
Podemos encontrar desodorantes en gel, en stick o en roll-on, y, aunque en principio todos parecen iguales, existen diferencias entre ellos.
– Los sprays nos permiten detener la producción de sudor y nos proporcionan una sensación de frescor instantánea. Si nuestras axilas son sensibles los podemos elegir sin alcohol para no irritarlas. Actualmente existe una versión pequeña que podemos llevar en el bolso o tener en la oficina.
– Roll-on, stick o barra o cremas: Son más eficaces que los sprays porque tienen una gran concentración de sales de aluminio, lo que los hace ideales para personas que sudan mucho.
Si utilizas desodorantes en crema, no te apliques demasiada cantidad, ya que puede manchar tu ropa. También es aconsejable lavarte las axilas por la noche para evitar que se obstruyan los poros dada su textura cremosa.
Si tienes la piel sensible debes evitar utilizar desodorantes con alcohol, ya que son muy agresivos para la piel. Si los utilizas con alcohol, nunca los uses después de la depilación porque te provocarán sensación de quemazón y te producirán una gran irritación en la piel.
Sea cual sea el desodorante que elijas, una vez que te lo apliques espera un poco antes de vestirte para no manchar la ropa.
Según los expertos, los mejores desodorantes son aquellos que no tienen alcohol o fragancias artificiales.