Para saber cual es el tipo de fondo de maquillaje que más se adapta a tu piel tienes que tener la sensación de que, tres segundos después de aplicártela, es tu segunda piel. Esto quiere decir que estás cómoda, que no te deja brillos y que no sientes tirantez. Hay diversas opciones entre las que encontrarás la que mejor va contigo: crema, fluida, compacta y aerosol.
El maquillaje en crema es un fondo denso y que conlleva más tiempo para aplicarla correctamente sobre la piel para que el acabado sea el deseado.
El maquillaje fluido es una crema que proporciona una piel satinada. Como consejo de aplicación, para un efecto natural, es necesario calentar una gotita con las yemas de los dedos y extenderla del mismo modo que si fuera una crema hidratante.
El maquillaje compacto deja la piel flexible y se convierte en perfecto para aquellas que se maquillan con prisas o, bien, para irse dando retoques a lo largo del día. Aunque hay quien piensa que este tipo de maquillajes resecan, también existen especiales para pieles secas.
Por último, el maquillaje en aerosol se pulveriza del mismo modo que un spray, con la ventaja de que no mancha ni el pelo ni la ropa, consiguiendo un resultado muy natural.