En un día muy movido, lleno de asuntos pendientes en el trabajo, los hijos y muchas otras actividades sentimos en ocasiones que con el estrés no vamos a poder continuar nuestra rutina. La carga corporal es el primer aviso de la tensión a la que estamos sometidos todos en este mundo moderno lleno de exigencias.
Los dolores en el cuello, la espalda, los músculos y la cabeza nos hacen sentir que tenemos que hacer un alto en el camino para pensar un segundo en nosotros y buscar con urgencia esas manos milagrosas que nos den un buen masaje para librarnos de todas esas cargas que llevamos cotidianamente. Un buen masaje generalmente tarda de una hora a hora y media en realizarse. Su ritmo debe ser lento y la persona que lo da debe aplicar fuerza con sus manos y brazos en determinadas zonas de nuestro cuerpo.
Así mismo vamos a sentir como también nos presionan los músculos con los pulgares y nos dan movimientos circulares por toda la espalda de forma constante. Aunque puede resultar algo doloroso, verás como posteriormente notas una gran mejoría. Los masajes son una herramienta antiestrés que nos ayudan a sentirnos mucho más libre de esa carga corporal que te comentábamos al principio.
El masaje aumenta el flujo sanguíneo, elimina líquidos y revitaliza la energía corporal, haciendo que la carga corporal no sea tan intensa sobre todo en esas partes de nuestro cuerpo que pueden estar más débiles. Todos los beneficios que obtenemos de un masaje son innumerables porque no solo nos ayudan a lo anteriormente mencionado sino que también pueden ser aplicados cuando sufrimos de insomnio, problemas de digestión o incluso depresión.