Los enjuagues bucales hay que utilizarlos siempre bajo la recomendación de un dentista o médico para que no se produzcan efectos nocivos por un abuso en su utilización o mal empleo. Además de los que se pueden comprar en farmacias, parafarmacias y otros establecimientos autorizados para su venta, también es posible prepararlos en casa de forma natural para combatir las bacterias que causan el sarro, la caries dental o enfermedades de las encías. La elaboración es muy sencilla y se tarda muy poco tiempo.
Los enjuagues
Los enjuagues naturales habitualmente se preparan con hierbas como si fuera una infusión con la que hay que enjuagarse la boca después de haber cepillado los dientes. Una de las más recomendables es la manzanilla por sus propiedades calmantes, así como el tomillo. En ambos casos, la preparación de la tisana tiene que hacerse empleando una cucharadita de estas plantas por taza de agua caliente.
Para tener unos dientes más sanos y más blancos en los que no haya ni el más mínimo atisbo de sarro también es muy útil hacer una infusión de romero. La cantidad que se debe utilizar para su elaboración es algo inferior que en las plantas secas anteriores, ya que tan solo se precisa una cucharadita por cada taza de agua caliente.
Y, finalmente, otra alternativa que es muy recomendable a la hora de hablar de higiene bucal es el cardamomo, que quizá sea la menos conocida. Sus posibilidades de empleo son varias. Como en las plantas de las que ya hemos hablado se puede hacer una infusión para que actúe como enjuague bucal.
Otra posibilidad es masticar sus semillas después de comer principalmente o bien a lo largo del día. La clave está en masticarlas hasta notar frescor en la boca, aparte de en realizar el proceso con todos los dientes para que sus efectos lleguen a todos ellos y se extienda por toda la boca.