Hacerse la manicura y poder disfrutar de unas manos perfectas durante mucho tiempo es algo que a todas nos gustaría, ya que gastamos mucho tiempo y dinero en manicuras, pintarnos las uñas y ver como, en pocos días, todo nuestro esfuerzo desaparece cuando el esmalte comienza a cuartearse, dando a nuestras manos un aspecto poco atractivo e incluso desaseado. Para evitar esto y poder disfrutar de nuestra manicura durante mucho tiempo, tenemos a nuestro alcance el esmalte permanente.
Este esmalte tiene la ventaja de que posee una textura gel muy flexible que le permite adaptarse al crecimiento de la uña, de modo que, a medida que ésta crece, el esmalte se extiende, cubriéndola y evitando que quede parte de la uña sin pintar. Eso sí, aunque se denomina permanente, tampoco podemos esperar que nos dure para siempre, pero sí nos va a permitir disfrutar de unas manos atractivas y unas uñas en perfecto estado durante al menos tres semanas.
Este tipo de esmalte se aplica igual que cualquier otro. Comenzamos primero arreglando las uñas, cortándolas y dándolas forma y arreglando las cutículas. A continuación, nos aplicamos la laca base, que nos va a permitir tanto proteger las uñas como que el esmalte permanente se fije mejor.
El siguiente paso es aplicar una capa de esmalte gel y dejar que se seque. Normalmente sólo tarda unos minutos en hacerlo, pero asegúrate de que está bien seca antes de aplicar la siguiente.
Una vez apliques la siguiente, ya sólo te queda dejar secar. No es aconsejable aplicar ninguna fuente de calor, sino que para que sea más duradero y se fije mejor el truco es poner las uñas bajo el chorro del agua fría cuando hayan pasado unos minutos desde que lo aplicaste.
Para retirarlo necesitas una acetona especial, ya que la convencional no suele ser efectiva.
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