Pescados

El pescado es uno de los mejores alimentos a tomar para conseguir reducir abdomen. Siempre es más conveniente comer los azules porque son ricos en grasas saludables. Es el caso de las sardinas, atún o salmón, entre otros.

No hay que olvidarse de cocinarlos de forma saludable, evitando freír, empanar o rebozar. Las mejores opciones son al horno, plancha o hervidos. Y, ¿cuánto comer? La recomendación es dos veces por semana.

Frutos secos

Las nueces también ayudan a reducir abdomen porque son muy saciantes y contienen, al igual que el pescado azul, grasas saludables. Es recomendable tomar unos 15 gramos de nueces al día.

Aceite

El aceite de oliva es otro gran aliado por el aporte de ácido oleico porque activa la grasa del cuerpo, haciendo que se consuman más calorías. No obstante, a pesar de sus bondades, no hay que excederse de tomar tres cucharadas al día.

Legumbres

Las legumbres tienen muchas bondades para conseguir un vientre plano: ricas en fibra, evitan el estreñimiento, ayudan a mantener el nivel de glucosa en sangre, son ricos en magnesio… Son particularidades más que suficientes para incluirlas en la dieta.

Frutas y verduras

Y, para conseguir el objetivo de reducir el abdomen, no hay que olvidarse de las frutas y verduras ricas en vitamina C (reduce el cortisol, que está relacionado con el estrés y con el exceso de grasa en el vientre), otras vitaminas y antioxidantes. Se reconocen porque suelen tener colores vivos como el rojo, amarillo o naranja.

Dentro de ellas, destaca el pomelo, que además ayuda al hígado a descomponer los ácidos grasos, o la alcachofa que estimula la secreción de bilis y previene la retención de líquidos.

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La loción

Esta loción es muy fácil de preparar. En primer lugar, hay que coger una rodajita de piña fresca, que se debe triturar ligeramente con la ayuda de un tenedor.

A continuación, se añade unas gotas o una cucharada de aceite de oliva virgen. Esta mezcla se debe ligar muy bien, siendo incluso necesario utilizar la batidora para que quede bien triturado y con una textura que sea líquida.

Con la ayuda de un pincel, se aplica esta loción sobre las cutículas, procurando que todos los bordes queden muy bien empapados. Otra opción es poner el líquido en un cuenco y sumergir las uñas para que queden bien cubiertas. En este caso, es bueno dejar que actúe la loción unos 10 minutos.

Pasado ese tiempo, no hay que retirar la loción sino que deberás coger un palito de naranjo y empujar suavemente las cutículas hacia atrás. De esta manera, notarás que quedan mucho más suaves y que además es más fácil de hacer la operación para que estén en su sitio y la manicura sea perfecta.

A continuación, si quieres, puedes lavarte las manos, aunque no es necesario porque el esmalte de uñas se puede aplicar directamente.

Más hidratación

Muchas veces el problema de las cutículas se corresponde con una mala hidratación o escasez de la misma. Para estos casos, un buen truco es aplicar yema de huevo porque tiene un gran poder para hidratar y para tonificar la uña.

También sería conveniente que de forma diaria se aplique alguna crema de manos que, por ejemplo, sea rica en aceite de almendras o en manteca de karité, ya que aportan una gran hidratación.

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Elaboración

Para preparar esta mascarilla, necesitaremos una cucharada de arcilla verde y otra de arcilla blanca. Ambas tienen que mezclarse con un poco de agua mineral, removiendo bien para que se cree una pasta consistente como la de cualquier otra mascarilla.

Además, con el fin de que sea un poco más untuosa, se pueden añadir otros componentes como el aceite de jojoba o el aceite de oliva, o bien germen de trigo, porque ayudan además a hidratar la piel en profundidad. Pero tendrás que poner solo unas gotas para que no quede una base demasiado aceitosa.

Si todavía necesitas purificar la piel mucho más, a esta mascarilla se le pone unas gotas de aceites esenciales y aguas florales, siendo las mejores las de manzanilla, rosas o neroli.

En el caso de que quieras que la piel quede más luminosa, una buena opción es añadir a esta mezcla unas gotas de zumo de naranja natural y una cucharada de yogur. Si el problema son los granitos o el acné, es mejor incorporar a la base de arcillas y agua unas gotas de aceite de lavanda o de árbol de té.

Aplicación

Una vez tengas ya hecha la mezcla, esta mascarilla se tiene que utilizar como otra que hayas comprado. Las debes extender bien sobre el rostro para lo que puedes ayudarte de un pincel. La aplicación nunca tiene que hacerse cerca de los ojos ni de la boca, siendo necesario dejar una pequeña distancia entre estas zonas y la mascarilla.

Luego, hay que esperar unos 15 minutos con el fin de que haga efecto para, a continuación, retirarla con agua. El resultado es una piel libre de toda impureza y en la que notarás que se ha eliminado el exceso de grasa gracias a la arcilla verde. Además, la dermis se verá regenerada por el efecto de la arcilla blanca.

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