Todas las novias saben que su imagen es muy importante en el día de su boda, y por ello ninguna quiere dejar ningún detalle al azar, sobre todo en lo referente al aspecto de su piel, ya que todas queremos que, ese día en especial, nuestra piel luzca radiante como nunca y nuestro aspecto sea inmejorable. Por supuesto, para lograr este objetivo no puede faltar la limpieza de cutis, pero hay que tener cuidado al decidir cuándo nos la hacemos o nos puede dar algún disgusto.
Desde luego tu boda es la ocasión especial para realizar un tratamiento completo para tu piel para eliminar todos los puntos negros y células muertas y de ese modo tu rostro se vea luminoso, joven y suave.
Sin embargo, aunque limpiar la piel es una práctica que todas debemos realizar, sí es cierto que a veces nos planteamos la conveniencia de hacerlo antes de la boda, ya que es un tratamiento que puede resultar realmente agresivo para las pieles más sensibles. Por ello, lo más aconsejable es no hacerla en la semana previa a la boda, ya que puede que después de la exfoliación y extracción de puntos negros que conlleva la limpieza de cutis nuestra piel se vea irritada algunos días o se produzca un efecto rebote en las glándulas sebáceas, lo que conlleva la aparición de granos y brillos en la piel que deslucirían un poco nuestro aspecto.
Por ello, lo mejor es hacerse la limpieza como mínimo quince días antes de la boda ya que, durante ese tiempo, la piel de tu rostro tiene tiempo de regenerarse y hacer que desaparezcan las señales que quedan tras la limpieza de cutis. Eso sí, si tu piel es realmente sensible, piensa que debes hacerla aún con mayor antelación. Y, sobre todo, es importante que te pongas en manos de una profesional, para que el resultado sea realmente el que deseas.