Mascarilla

Algunas frutas tienen un gran poder para reafirmar la piel por las propiedades que tienen. Es el caso, por ejemplo, de la manzana que es una de las mejores frutas para cuidarse tanto por fuera como por dentro.

Y es que esta fruta es ideal para reestructurar la superficie cutánea. Pero no es la única. También tiene interesantes beneficios la naranja, que es rica en vitamina C, lo que ayuda a estimular la producción de colágeno, que es clave para tener una piel firme.

Con estas frutas se puede hacer una mascarilla de forma muy sencilla en casa y que, además, también es muy fácil de aplicar. Lo primero que hay que hacer es coger una manzana y una naranja.

Tan solo se tiene que licuar la manzana -previamente cortada en trozos para que sea más fácil extraer su jugo-, y el zumo de la naranja.

Estos dos ingredientes se mezclan y se aplican sobre el rostro, una vez limpio, teniendo que dejarla puesta como una mascarilla normal. Es decir, aproximadamente, serán 20 minutos para que haga efecto. Pasado este tiempo, se retira con abundante agua fría.

Efectos

Nada más hacer la mascarilla, notarás que la piel está como más firme y más rejuvenecida, además de tener una sensación muy agradable y de frescor. Un aspecto este último que además es muy importante ahora en el verano con las altas temperaturas.

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La mascarilla

Mantener el color no es el único problema al que hay que hacer frente cuando se tiene el pelo teñido. Y es que, en estos casos, también es habitual que el cabello se reseque más, sobre todo si el pelo es fino, y que se erice o parezca que está como electrificado.

Ante estos problemas, siempre lo que hay que hacer es tener el pelo bien hidratado y nutrido. Y, para ello, uno de los mejores productos que se pueden emplear es la avena, que es la base de esta mascarilla natural.

Su preparación es muy fácil. Se cogen dos cucharadas de copos de avena, que se mezclan con agua templada, de manera que esta combinación quede como si fuese una crema.

Aplicación

Cuando ya se tiene la mezcla, el siguiente paso es aplicarlo sobre el cabello. Es importante que el pelo esté húmedo y recién lavado con un producto indicado para cabello teñido y, preferentemente, que no contenga sulfatos.

Esta crema de avena tiene que cubrir bien todo el cuero cabelludo. Después, hay que esperar una media hora para que actúe para, a continuación, realizar el aclarado con abundante agua templada. Esta aplicación puedes hacerla una vez por semana.

Los resultados

Con esta mascarilla se nota el pelo más brillante y suave, además de verse el color más vivo y como el primer día. El cabello también está mejor nutrido.

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La mascarilla

Elaborar esta mascarilla en casa es muy sencillo. En primer lugar, tenemos que conseguir los ingredientes, siendo necesario tener arcilla verde, aceite vegetal de argán, aceite esencial de jara y miel.

El siguiente paso es comenzar a mezclarlos todos en un bol. En primer lugar, hay que poner una cucharada de arcilla verde a la que se añade una cucharadita de aceite vegetal de Argán, cuatro gotas de aceite esencial de jara y una cucharadita de miel. Son ingredientes que son fáciles de conseguir en tiendas de alimentación, belleza o bien herboristerías.

Una vez se tiene todo bien mezclado, hay que extender el producto sobre el cutis como en una mascarilla común. En este caso, puedes ayudarte de un pincel para aplicarla mejor y no poner una capa demasiado gruesa de producto.

Cuando se ha terminado toca esperar como con toda mascarilla. Con unos 15 o 20 minutos puede ser suficiente. Es importante no superar ese tiempo ni dejar que la mascarilla se seque totalmente para que la piel no se deshidrate porque la arcilla verde, aunque sanea la piel, suele absorber el agua de la dermis y, entonces, no se conseguiría el resultado.

Resultado

Pasado el tiempo de espera, hay que retirarla con agua fresca. Los resultados se notan enseguida porque la piel está más limpia y luminosa, además de percibirse una mayor firmeza.

Si la mascarilla se realiza de forma periódica, pero nunca más de una vez por semana, se notarán efectos positivos también sobre las machas, flacidez y las arrugas principalmente.

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Ingredientes

Esta mascarilla es muy fácil de elaborar en casa. Tan solo necesitamos dos rodajas de piña natural (puede ser envasada pero nunca comprarla en almíbar), yogur natural, sal marina y el zumo de un limón.

Preparación

La elaboración es muy sencilla. El primer paso es coger las dos rodajas de piña natural peladas que se deben triturar. Una vez se ha realizado, se debe mezclar con el yogur en un bol o recipiente. A continuación, se añade la sal marina, que previamente se ha tenido que dejar sumergida en el zumo del limón. La cantidad debe ser aproximadamente de una cucharadita de sal.

Aplicación

Una vez ya se ha preparado la mascarilla, el siguiente paso es aplicarla sobre el rostro previamente limpio. Su aplicación se hace como una mascarilla convencional –evitando la zona más próxima a los ojos y a los labios-, siendo conveniente extenderla sobre el rostro con un suave masaje circular para que la sal pueda actuar como exfoliante. También se puede poner sobre el escote.

Tras extenderla bien y que quede todo el cutis y el escote cubierto, se debe esperar unos diez minutos para que haga efecto. A continuación, se retira suavemente con una toalla previamente humedecida en agua tibia. Si se dispone de tiempo o bien se aplica por la noche, a continuación es posible usar un tónico.

Beneficios

Con la utilización de esta mascarilla, rápidamente, se verá que la piel está mucho más luminosa. Sus efectos también se perciben en una mayor suavidad y en la corrección de pequeñas imperfecciones de la piel.

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Elaboración

Esta mascarilla casera y natural está especialmente indicada para el cabello maltratado. Su preparación es muy sencilla, puesto que solo se necesita miel de acacia, aceite de almendras y vinagre de sidra.

El primer paso, tras reunir los ingredientes, es coger un recipiente para mezclarlos. En él, hay que verter dos cucharadas de miel de acacia, una cucharada de aceite de almendras y otra de vinagre de sidra. Los tres ingredientes deben mezclarse bien hasta que estén perfectamente unidos.

A continuación, se tiene que aplicar, teniendo que extender esta mascarilla desde la raíz del cabello hasta las puntas. Es importante procurar que quede bien repartida por todo el cuero cabelludo y que el pelo esté bien impregnado de ella. Luego, se tiene que dejar actuar una media hora aproximadamente para realizar un lavado con un champú que sea suave.

El resultado es un pelo más brillante y resistente gracias a la acción del vinagre, que tiene un ligero efecto exfoliante y que abre el poro del cabello, lo que facilita que penetre la miel y el aceite para que el pelo se beneficie de todas las propiedades.

Exfoliación

A veces puede ser necesario hacer una mayor exfoliación. Para ello es conveniente emplear productos más específicos. Uno de los que mejor resultado dan son las perlas de caviar mimético, ya que tienen un importante efecto reparador, que ya se percibe desde la primera vez que se emplea.

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La mascarilla

Esta mascarilla con efecto reafirmante es muy sencilla y rápida de hacer. Además se necesitan muy pocos ingredientes. En concreto, solo son necesarios dos huevos. Un producto natural que tiene grandes propiedades para la belleza. Y es que la yema tiene muchas proteínas, vitaminas y aminoácidos, de manera que presenta un alto poder nutritivo, mientras que la clara tiene un mayor efecto tensor.

En el caso de las pieles normales, es suficiente con batir los dos huevos y aplicarlos sobre el rostro proporcionando a la vez un masaje circular. Una vez está extendida la mezcla por toda la cara, hay que esperar, como con toda mascarilla, alrededor de diez minutos. Pasado ese período, se debe retirar con agua tibia.

No obstante, para las pieles normales, mixtas o grasas, es mejor que la mascarilla se haga solo mezclando las claras, pero añadiendo un poco de miel para que se nutra mejor la dermis.

En el supuesto de las pieles secas, una buena opción es mezclar la clara de huevo con unas gotas de aceite de oliva para potenciar su poder hidratante, nutritivo y tensor, aunque para los cutis excesivamente secos o bien para las pieles maduras es más recomendable que se utilice solo la yema del huevo, que tiene más ácidos grasos, para una mayor nutrición.

El resultado en todos los casos es una piel más hidratada, nutrida y más tersa, además de recuperar también su luminosidad natural.

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Cómo se hace

Esta mascarilla casera es muy fácil y rápida de hacer. Tan solo se necesitan dos ingredientes: posos de café y la crema hidratante que se suele utilizar en el día a día. Una vez se tienen los dos productos, hay que coger un cuenco e incorporar los componentes en él para mezclarlos y crear una especie de masa o crema, que debe ser homogénea.

A continuación, se debe extender por el rostro como cualquier otra mascarilla, pero es mejor en este caso hacer la aplicación con la ayuda de una brocha. Su actuación es bastante rápida, puesto que solo es necesario esperar alrededor de cinco minutos, aunque se puede dejar sobre el rostro hasta un máximo de diez minutos en el caso de que se tenga la piel grasa porque hay que eliminar más toxinas.

Para retirarla y que no quede ningún rastro de posos de café, se puede emplear una esponjilla y agua fresca, teniendo que hacer el proceso de forma delicada. Posteriormente, solo hay que utilizar la crema habitual.

Todo este proceso es mejor realizarlo por la noche para que la piel se regenere bien o bien en un día en el que no se salga de casa ni se vaya a estar expuesta a los rayos solares porque la dermis está ligeramente más sensible.

Su efecto se nota rápidamente por lo que no es necesario hacer este proceso muchas veces. Es suficiente con realizarla una vez al mes. Como mucho, es posible acortar el plazo a tres semanas si se tiene la piel mixta o grasa.

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Mascarillas

Además de los cuidados específicos diarios que se le deben proporcionar a la piel, las mascarillas siguen siendo una buena opción para tratar este problema. Las que puedes hacer en casa con productos naturales son sencillas de preparar y bastante efectivas.

Una de las mejores es la de arcilla porque tiene un importante poder astringente y es de gran ayuda para controlar el nivel de grasa en la piel. Por estas propiedades, propicia que el tamaño del poro se vea más reducido, aparte de que también se regenera la dermis.

Su preparación es muy fácil. Tan solo se necesitan tres cucharadas de arcilla blanca o verde y un poco de agua para hacer una pasta. Luego, se debe aplicar sobre el rostro y esperar unos 15 o 20 minutos antes de retirarla con agua templada.

Las mascarillas que se preparan con clara de huevo son otra opción interesante para combatir los poros abiertos. Sus beneficios se centran en tonificar la piel y en cerrar el poro, aunque es de manera temporal. Su preparación también es muy sencilla. Solo hay que mezclar la clara de huevo con una cucharadita de maicena. Después, se debe aplicar sobre la cara y esperar hasta que se seque.

Y, finalmente, están las mascarillas naturales elaboradas con miel y azúcar, que exfolian el cutis, ayudando a retirar todas esas células muertas y favoreciendo la regeneración de la piel. En este caso, es suficiente con mezclar dos cucharadas de miel con una de azúcar. La mezcla, como en todos estos productos, se extiende sobre el cutis con un ligero masaje. El tiempo de espera para que actúe es de diez minutos antes de quitarla. No hay que olvidarse de retirarla con agua tibia.

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La mascarilla

En todas estas pieles, que tienen tendencia o bien de forma habitual se ven afectadas por lo que comúnmente se conoce como rojeces y que también se denominan rosácea o cuperosis, las mascarillas de manzanilla son una buena solución por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias que favorecen que vayan desapareciendo poco a poco esas zonas rojas del rostro.

La preparación en casa es muy sencilla. Tan solo se necesitan dos bolsitas de manzanilla, como las que se compran para preparar infusiones para beber, y un vaso de agua. Además, será necesario tener a mano unos algodones como, por ejemplo, los que se emplean para desmaquillar el rostro o bien si la zona es extensa un paño de algodón.

En primer lugar, hay que preparar la manzanilla, siguiendo un proceso que es igual al de una infusión para beber. Una vez que se ha enfriado la tisana, hay que empapar el paño o los algodones con ella.

A continuación, se debe colocar sobre las zonas afectadas del rostro, procurando que queden bien cubiertas. Para que actúe, es necesario dejar pasar unos 15 minutos de tiempo. Tras este período, hay que quitar el paño o los algodones y ya estarías lista porque no es necesario aclarar ni limpiar la piel después.

Esta mascarilla natural de manzanilla se puede realizar durante dos o tres días a la semana, aunque si el problema es importante es posible hacerla a diario e, incluso, varias veces al día.

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La mascarilla

Y para tener una boca más jugosa y carnosa las mascarillas son una excelente opción, sobre todo, las naturales, que se han realizado con ingredientes tan fáciles de encontrar en las tiendas como es el caso del jengibre, el aceite de oliva y la cera de abeja.

Con tan solo estos tres productos se puede hacer esta mascarilla en casa. El primer paso es pelar bien el jengibre del que hay que utilizar tan solo un trozo. A continuación, se debe lavar bien y verterlo en un bol. En este envase, se tiene que añadir una cucharada de aceite de oliva virgen extra, así como la cera de abeja.

El siguiente paso es remover bien toda la mezcla para que se cree una pasta homogénea. Una vez conseguida, tan solo queda aplicarla sobre los labios para lo que es recomendable realizar un ligero masaje. Para cubrir bien los bordes de la boca, se puede hacer uso de un pincel.

Tras la aplicación, como con toda mascarilla, toca esperar para que actúe sobre la zona. En este caso, son necesarios alrededor de 20 minutos aproximadamente. Luego, hay que aclarar bien los labios con abundante agua tibia y secarlos con suavidad para que no queden restos de humedad. Para ello, se puede utilizar una toallita e, incluso, un poco de papel de cocina para que se absorba bien cualquier resto de agua.

Enseguida notarás los resultados de esta mascarilla, que es bueno realizarla tan solo una vez a la semana. Así que tampoco se precisa mucho tiempo para hacerla y estar más guapa.

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La mascarilla

La mascarilla que vamos a preparar para evitar las rojeces y que vayan desapareciendo las que ya se tienen se basa en emplear una serie de productos que habitualmente se tiene en casa. De este modo, hay que tener a mano harina de avena, miel y leche, siendo conveniente optar por la desnatada si además se tiene un cutis graso o bien por la entera para las dermis más secas.

Una vez se tienen los ingredientes, hay que comenzar con el proceso de elaboración. En primer lugar, hay que coger una cucharada de harina de avena, que se debe mezclar con la cucharadita de miel. Esta masa tiene que irse removiendo al mismo tiempo que se va añadiendo medio vaso de leche, pero sin dejar de manejar la mezcla y tratando de que no se formen grumos.

Cuando tenga una textura como la de una crema, aunque un poco más densa, ya se puede utilizar. Su aplicación tiene que hacerse sobre el rostro bien limpio, menos en la zona de alrededor de la boca y los ojos. La mascarilla es mejor extenderla dando un ligero masaje en la zona.

Una vez está el rostro totalmente cubierto, se debe dejar pasar unos 15 ó 20 minutos para que actúe sobre la piel. Pasado ese tiempo, hay que retirar la mascarilla con agua abundante para que no queden restos, pero que esté tibia.

Nada más quitar la mascarilla, verás cómo el aspecto de la piel ya ha mejorado, aunque para notar más su efectividad tienes que hacerla durante más tiempo. El proceso, como mínimo, tiene que hacerse una vez a la semana.

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Uno de los mejores aliados para atajar el problema es el pepino. Combinado con limón resulta muy eficaz para combatir la piel grasa de la cara. Para prepararla introduciremos en un vaso de batidora clara de huevo, un pepino pelado y una cucharada de zumo de limón. Una vez batido bastará con aplicar la pasta por el rostro y mantenerla unos 15 minutos.

Otra verdura de lo más eficaz es el tomate. Su alto contenido en vitamina A y C lo convierten en un gran antioxidante que además aportará grandes beneficios a nuestro cutis. Esta verdura es capaz de reducir el aspecto graso de la cara casi de forma milagrosa.

Para preparar la mascarilla hay que introducir el tomate junto al zumo de medio limón y una cucharada de avena en el vaso de la batidora. Una vez hayamos conseguido una pasta homogénea la aplicaremos en la piel dejándola actuar unos 10 minutos. Así conseguiremos una piel suave, sin que resulte excesivamente seca.

También cereales y frutas

Y es que la avena por sí sola ya es un elemento muy eficaz para mantener a raya los brillos y evitar los granitos. Añadiendo aceite de soja y agua a una taza de avena conseguiremos una pasta de lo más hidratante. Después colocaremos el ungüento en la cara bien limpia durante un cuarto de hora. Una vez hayamos limpiado el rostro con agua tibia veremos un extra de luminosidad en nuestro cutis.

Otro elemento ideal es el kiwi, ya que gracias a sus propiedades astringentes consigue controlar el exceso de grasa de la cara y eliminar las impurezas. Para hacer la mascarilla hay que mezclarlo con yogur natural y aplicarlo en la cara.

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– Mascarilla de rábano: Para prepararla necesitas una cucharada y media de raíz de rábano rusticano en polvo, una taza de nata líquida o leche y una cucharada y media de avena en polvo. En un recipiente, ponemos a cocer la raíz de rábano junto con la leche.

Después de unos minutos, lo retiramos del fuego y añadimos la avena en polvo, mezclando bien hasta lograr integrarla totalmente. Ya sólo nos queda aplicarla sobre el rostro mediante un suave masaje.

– Mascarilla de mantequilla: Aplica sobre el rostro mantequilla, cubriendo todas las zonas donde tengas pecas. Déjala actuar durante 15 minutos y retírala con un poco de agua tibia para terminar con agua fría. Puedes utilizarla dos veces por semana, aunque no más, para no aportar demasiada grasa a la piel.

– Mascarilla de papaya: Prepararla es muy sencillo, ya que sólo necesitas machacar la pulpa de una papaya hasta obtener una pasta suave. Aplícala sobre el rostro y déjala actuar durante veinte minutos, aclarándola con abundante agua tibia tirando a fría. La papaya, además de ayudarte a eliminar las pecas, proporciona múltiples beneficios para tu piel, por lo que, si quieres, puedes aplicarla a diario.

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Para combatir el acné en la espalda, además de exfoliar la zona periódicamente, podemos utilizar una serie de mascarillas naturales que nos ayuden a eliminar o a reducir el acné y a evitar su aparición:

– Mascarilla de aloe vera: Mezcla un poco de gel del aloe vera con un poco de zumo de limón, una cucharadita de azúcar y una cucharadita de bicarbonato de sodio hasta lograr una mezcla homogénea.

Aplícala en la espalada y déjala actuar durante media hora y finalmente aclárate con agua fría. Si tienes un brote de acné, puedes utilizar la mascarilla dos veces por semana o una vez si lo que quieres es prevenir la aparición del mismo.

– Mascarilla de tomate: Mezcla el zumo de un tomate, el zumo de un limón y un poco de glicerina, en cantidad suficiente para dar consistencia a la mezcla. Una vez que hayas obtenido una pasta, aplícala sobre la zona donde haya aparecido el acné. Quince minutos después, retírala con agua tibia.

– Mascarilla de miel: Mezcla dos cucharadas de miel, una de zumo de limón y una cucharada rasa de hojuelas o harina de avena hasta lograr una pasta homogénea. Aplícala sobre la espalda y déjala que actúe durante media hora, para retirarla con agua fría o un poco templada.

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– Mascarilla de miel: Mezcla dos cucharadas de aceite de oliva y una de miel y calienta la mezcla al baño María hasta que esté tibia. Cuando lo esté, aplícala sobre el cabello, masajeando el cuero cabelludo y asegurándote de que se impregna totalmente.

Cúbrelo entonces con un papel transparente y mantenlo así durante quince minutos. Para terminar, lávate el cabello con tu champú habitual y retira la humedad con una toalla, dejándolo secarse al aire. Esta mascarilla te ayudará a recuperar el brillo y la suavidad perdidos.

– Mascarilla de plátano: Para prepararla necesitas un plátano, un huevo, tres cucharadas de miel, tres cucharadas de leche y tres cucharadas de aceite de oliva. Pon todos los ingredientes en un recipiente y mézclalos con la ayuda de la batidora hasta obtener una mezcla homogénea. Aplícala sobre el cabello durante veinte minutos, cubriendo desde las raíces a las puntas con un suave masaje. Retírala con abundante agua fría. Te sorprenderán los resultados.

– Mascarilla de mayonesa: Prepara un poco de mayonesa casera. A continuación humedécete el cabello y aplica la mayonesa en las puntas, evitando el cuero cabelludo para no aportarle demasiada grasa. Déjala actuar unos cinco minutos y lávate el cabello con abundante agua para eliminar cualquier resto de mayonesa.

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