Sonrisa

La risa es muy beneficiosa para sentirse mejor y también para la belleza porque, al reír, se mueven y ejercitan muchos músculos. Y, en el caso de los pómulos, no hay excepciones.

De hecho, uno de los mejores ejercicios que puedes practicar es sonreír pero, evidentemente, de la forma adecuada para que haga un efecto positivo y se gane esa firmeza.

Solo tienes que abrir ligeramente la boca y sonreír exageradamente durante diez segundos, aguantando esa posición para luego volver al inicio y repetir este gesto.

Masajes

Los masajes son otra buena opción. Y, ¿cómo hay que darlo? La clave está en relajar las mejillas y, durante dos minutos, realizar un suave masaje circular sobre ellas con las yemas de los dedos.

Hinchar

Y el tercer ejercicio para levantar los pómulos es también muy sencillo. Tras haber dado el masaje, lo que se debe hacer es hinchar las mejillas de aire y mantenerlas llenas durante diez segundos para luego soltarlo y volverlas a hinchar y así sucesivamente. El tiempo que se debe mantener cada posición es de diez segundos.

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Qué es

El Extreme blush es el nombre que se utiliza para definir el colorete al máximo. Y esto se traduce en la práctica en que el blush no se aplica simplemente en la zona habitual, es decir, en las mejillas.

Ahora, la tendencia impone que hay que llevarlo más allá de este espacio en la zona del rostro. De esta manera, aparte de aplicarlo en los pómulos, se extiende hacia las sienes y también en los párpados, sobre todo, en el móvil.

Colores

Para estar favorecida y guapa con el Extreme blush, es importante elegir bien los colores. Y es que no todos sirven. Los más indicados son todos aquellos que son naturales, así como el salmón o el rosa claro, siendo conveniente aplicarlos con mucha generosidad.

Las más atrevidas y las que quieran llevar al máximo esta tendencia, tienen que apostar por colores más fuertes y atrevidos como el coral, el naranja o el rojo. En este caso, se precisará un poco más de mesura en su aplicación para que no haya un exceso o bien un toque dramático en el maquillaje.

Aplicación

Y, ¿cómo se aplica correctamente el blush en estos casos? Es fácil. La clave a seguir es utilizar dos brochas diferentes. Una de ellas tiene que ser grande para extender el colorete en la zona de las mejillas.

Por el contrario, la otra brocha tiene que ser más pequeña para poder aplicar el blush en los ojos de forma más precisa. Con esta misma brocha, también tienes que poner el colorete en las sienes.

Y todo ello siendo conveniente que esté bien difuminado porque no se tienen que notar brochazos, aunque sí hay que poner el foco en las mejillas, zona del lagrimal y la parte más alta de las sienes.

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Los trucos

Para conseguir estar guapa en solo cinco minutos tienes que olvidarte de todos los productos y utilizar simplemente una serie de básicos y que pueden ser utilizados con distintos fines.

Uno de los imprescindibles es el corrector para poder disimular la falta de horas de sueño. Lo mejor es elegir un color que sea un subtono amarillo para que se funda con la piel y pueda disimular también marcas en la dermis que se tengan o bien descoloraciones, pequeñas manchas…

La base de maquillaje tampoco debe faltar. Pero, para ahorrar tiempo, la clave está en no extenderlo por todo el rostro, sino solo en las zonas en las que haga falta. Para ello, se precisa que el color sea lo más parecido al tono de piel para que no se note si no se ha aplicado bien y no haya contraste con el resto de zonas en las que no se ha utilizado.

¿Colorete y barra de labios? La respuesta a esta pregunta es un “no” rotundo cuando se carece de tiempo. La opción es utilizar un único producto en crema que permita dar un toque de rubor en las mejillas y de color en los labios.

Y, ¿qué se hace con los ojos? El imprescindible es el rimel. Con solo aplicarlo la mirada cambia y ahora hay productos que tienen la ventaja de dar volumen, alargarlas, curvarlas… por lo que no se necesita hacer nada más. En el caso de tener un rostro con signos de cansancio, hay que dejar el color negro y optar por el marrón.

Tampoco hay que olvidarse de las cejas, que son fundamentales para definir el rostro. La mayor rapidez para tenerlas listas en poco tiempo es utilizar simplemente un lápiz para definirlas o un gel de cejas para definir y fijarlas y que estén perfectas durante horas.

El primer día puede que hayas agotado los cinco minutos por tener que prestar más atención a las zonas del rostro y a las formas de aplicación de los consejos, pero una vez que se ha adquirido la dinámica, incluso, llega a sobrar tiempo.

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Los trucos

El blush es de gran utilidad para tratar de disimular esa primera flacidez que empieza a observarse en el rostro. Simplemente, hay que seguir una técnica específica de aplicación y elegir dos tonos de colorete, uno más claro y otro más oscuro, que nos favorezcan y que tengan un cierto toque rosado e irisado porque tienden a hacer más joven. También se pueden seguir estos consejos con otros tonos como el naranja o los marrones. La clave está en estar favorecida y en que quede natural, no teniendo que optar por los tonos más oscuros.

Tras esta elección, hay que comenzar con la aplicación del colorete. El primer paso es localizar dónde está el hueso del pómulo. En aquellas mujeres en las que sea difícil determinarlo, lo mejor es hacer un gesto similar a como si se estuviera bebiendo un refresco con una pajita.

A continuación hay que coger el tono más oscuro del colorete y extenderlo por toda esa zona del hueso, teniendo que hacer la aplicación de arriba a abajo. Después, hay que difuminar bien el color para que no se note el contraste y se aprecie como un ligero rubor.

El siguiente paso es coger el tono de colorete más claro y aplicarlo en el extremo del hueso, que está situado en la zona más cercana del contorno de ojos. De este modo, se consigue aportar un toque extra de luminosidad.

Finalmente, hay que seguir con este color más claro de blush para volver a la zona del hueso del pómulo y extender el colorete hacia la sien, sin aplicar mucho producto para incrementar esa sensación de mejillas más elevadas y tersas.

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Debes proporcionar a tus mejillas un matiz concreto que sea ligero pero que suministre el suficiente brillo a tu rostro. Recuerda que debes conseguir que la pintura sea natural, cálida y que dé sensación de regocijo. Antes de decidirte por cualquier tono puedes probarte el color que hayas elegido en la tienda para ver si te queda como tú esperas. Hay líneas de productos como los de la marca MAC que se caracterizan por ser de larga duración.

Recuerda que este tipo de maquillaje no debe ser, para nada, fuerte. Si te pintas demasiado las mejillas y además no te preocupas por difuminar el color parecerás un payaso que se va de fiesta. Tu belleza siempre debe parecer natural. Una vez que hayas elegido el color rojizo que mejor te queda, puedes adquirir otros colores para combinarlos y dar más brillo a tus mejillas. Serían una buena elección: rosa, oro, coral, escarlata.

Piensa que no es igual pintarte para ir a trabajar que para salir de noche. De noche puedes intensificar un poco más los colores pero sin pasarte.

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