Os voy a contar mi último descubrimiento en cuanto a jabones se refiere: el jabón negro. No sé si habréis oído hablar de él, es un jabón muy popular en la zona de Marruecos.
El jabón negro viene de África, tradicionalmenet se elabora con cacao, aceite de palma, mantequilla de karité y pieles de plátano entre otros ingredientes.
Es una fuente natural de hierro y vitaminas A y E. Aunque a primera vista no es muy atractivo debido a su color, está ganando popularidad poco a poco y se diferencia del resto de jabones en que limpia sin secar la piel. Es precisamente por ello por lo que es altamente recomendable para niños, mayores y demás personas con piel sensible. Si quieres probar el jabón negro asegúrate de que estás comprando el auténtico, no una copia de perfumería. El verdadero jabón negro debe ser importado y se puede comprar online o en tiendas especializadas en jabón.
Este jabón es muy suave para la piel y en África se utiliza incluso en recién nacidos. Contiene ingredientes limpiadores pero es más suave que usar jabón normal ya que contienen ingredientes químicos que pueden agravar la piel sensible. El jabón negro sólo tiene lo que necesitas para limpiar tu piel, sin ingredientes extra.
Su poder hidratante radica en estos ingredientes: aceite de palma y mantequilla de karité. Este jabón se ha utilizado desde tiempos inmemoriales, además de para cuidar la piel, como champú ya que no elimina la grasa natural del pelo y se puede usar diariamente porque no lo reseca.
Otro beneficio de este jabón es que mejora la piel ayudando a eliminar el acné y tratando la piel grasa. Un uso frecuente (se puede aplicar hasta dos veces al día), ayuda a prevenir la aparición de granos y espinillas. Incluso mejora el tono de la piel y le aporta suavidad. Pueden usarlo personas con eczemas o psoriasis porque, aunque no se ha hecho ningún estudio científico, se trata de un producto muy curativo.