En verano es importante extremar los cuidados de los pies y no solo porque puede ser más habitual que aparezcan hongos por el uso de las piscinas o por el sudor, sino porque la piel se reseca más al estar en contacto con el aire y también por el roce con la suela de las sandalias o del calzado que se lleve. El problema se acentúa en el caso de tener durezas. La exfoliación se hace más necesaria que nunca para evitar todos estos problemas. En casa, puede prepararse una elaborada con menta que, además, ayuda a relajar los pies y sentir un mayor frescor.
Preparación
Esta exfoliante es muy fácil de hacer. Se precisan varios ingredientes como menta, aceites esenciales, aceite de oliva y sales Epsom. El proceso comienza cogiendo un mortero en el que hay que poner el manojito de menta, añadiendo después media taza de aceite de oliva.
A continuación, se deben incorporar unas cinco gotas de aceite esencial de menta y una o dos tazas de sales de Epsom. Todos estos ingredientes tienen que mezclarse bien en el mortero.
Aplicación
Una vez ya lista, el siguiente paso es aplicarlo con los pies previamente limpios y con la piel ligeramente humedecida. La exfoliante debe comenzar a extenderse por los talones y la planta del pie, realizando un suave masaje con movimientos circulares. En el caso de que se precise una exfoliación más intensa, se puede utilizar un cepillo en su aplicación.
Cuando el producto ya esté bien extendido a partes iguales por el pie, hay que dejar actuar unos diez minutos aproximadamente. Una vez pasado este tiempo, es conveniente sumergir los pies en un recipiente con agua tibia y enjuagarlos bien para retirar todos los restos de la exfoliante. Luego, solo queda secarlos bien y aplicar una crema hidratante específica para pies. Con realizarla una vez al mes o cada quince días es más que suficiente.