Jabones naturales para cada piel


Si nos decidimos a utilizar jabones naturales para cuidarnos, debemos saber que existen muchos tipos diferentes. De entre todos ellos deberemos elegir el que mejor se adapte a nuestro tipo de piel. Aquí te presentamos las diferentes clases de jabones naturales que puedes encontrar:

Jabones comunes: Son sólidos y espumosos, fabricados normalmente con sebo grasoso y sodio o potasio. Sirven para todo tipo de pieles y en algunos casos pueden usarse para lavar el cabello.

Jabones hidratantes: Algunos tienen aceites vegetales, otros poseen cremas hidratantes en su composición o grasas enriquecidas con diferentes tipos de aciete. También los hay de glicerina. Se recomiendan para pieles secas o dañadas por el uso de detergentes.

Jabones suaves: Se realizan con aguas termales y se recomiendan para las pieles sensibles.

Jabones dermatológicos: Contienen agentes de limpieza muy suaves, a los que se añaden vegetales que contribuyen a cerrar los poros. De ese modo alivian las irritaciones y frenan la aparición de acné o puntos negros. Son recomendables para las pieles irritadas y para las pieles con problemas de acné.

Jabones de glicerina: Son neutros y, como a veces tienden a resecar la piel, se recomiendan para pieles grasas.

Jabones terapéuticos: Son recetados por los médicos y se recomiendan en el tratamiento de enfermedades como psoriasis o para la limpieza profunda de cutis.

– Finalmente se encuentran los jabones naturales que utilizamos la mayoría de nosotras, que son aquellos a los que se les añaden esencias florales o frutales. Por ello no son recomendables para personas con pieles sensibles o alérgicas. Según la esencia floral que contengan, también pueden tener efectos relajantes.

También debemos tener en cuenta que un jabón que sea más espumoso no quiere decir que sea más efectivo. La espuma que produzca depende de sus ingredientes.

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