La cavitación es una nueva técnica estética que sirve para eliminar esos depósitos de grasa que no conseguimos eliminar con dieta, ejercicio, masajes o cremas. Es un método mucho menos agresivo que la cirugía, que se está implantando rápidamente en los centros de estética y con el cual podemos apreciar resultados visibles desde la primera sesión. Moldearemos nuestro cuerpo y reafirmaremos nuestros músculos con una sola terapia.
Consiste en generar, de forma controlada y repetida, micro-burbujas de vacío en un líquido o material fisiológico, seguido de la implosión de las mismas. Esto se logra con la emisión de ondas ultrasónicas controladas en múltiples frecuencias. Con ello, lo que se consigue es romper los resistentes depósitos grasos localizados y que la grasa sólida se convierta en líquida. Estos desechos de grasa se eliminarán a través del sistema linfático y urinario. Sin embargo, no es un tratamiento milagroso, por lo cual será necesario que sigamos una dieta hipocalórica y bebamos mucha agua después de cada sesión para lograr que sea completamente efectivo.
Al no ser cirugía, no necesita anestesia ni hospitalización, minimizando los riesgos de otras técnicas estéticas. Las sesiones duran cuarenta minutos. Se realizan en una zona determinada, como abdomen, glúteos, muslos o piernas y después se aplican masajes u otras técnicas de presoterapia para ayudar a la completa eliminación de los depósitos de grasa.
El tratamiento no es doloroso en absoluto. Mientras nos sometamos a la sesión, notaremos tan sólo una suave sensación de succión, pero no observaremos signo externos del tratamiento. Como beneficio adicional, observaremos una mejora en el tránsito intestinal.
Pero, como siempre que recurramos a cualquier tratamiento estético, debemos ponernos en manos de profesionales reconocidos y evitar poner en riesgo nuestra salud.