Las mascarillas son productos de belleza que no pueden faltar en el neceser de toda persona. Sin embargo, muchas veces por falta de tiempo, o bien por desconocimiento, no se hacen ni con la frecuencia con la que se debiera ni se aplican todas las que son necesarias. En realidad, no son tantas. Y, un buen día para hacerlas es el domingo porque se tiene más tiempo y es posible respetar las pautas de aplicación. Además, es un día más relajado, lo que permite la piel absorba mejor todos los aportes extra.
Rostro
El rostro es importante cuidarlo con mascarillas porque así se le puede dar un aporte adicional al que se realiza con las cremas de cuidado diario. En este caso, lo mejor siempre es elegir -sobre todo si no se tiene mucho tiempo-, una mascarilla con triple efecto. De esta manera, es conveniente que limpie, tenga acción nutritiva y también sea antioxidante.
Aparte de la piel del rostro, también se deben cuidar los labios porque muchas veces son los grandes olvidados. Y es que también necesitan cuidados extra. Las mejores mascarillas son las que les aportan hidratación y que contienen ácido hialurónico para prevenir su envejecimiento. Incluso, puedes aplicar alguna que tenga efecto volumen.
Pies y manos
Muchas personas no suelen hacerse mascarillas en los pies y las manos. Sin embargo, son zonas del cuerpo que también las precisan. Eso sí, siempre hay que utilizar mascarillas específicas para cada una de estas partes del cuerpo. De hecho, se consideran un tratamiento complementario a las manicuras y pedicuras.
Cabello
El cabello es otra de las zonas que no pueden olvidarse a la hora de hablar de cuidados básicos y esenciales. Ya sea invierno o verano, las mascarillas son fundamentales porque en cada época del año hay unos daños específicos.
Por ejemplo, ahora en el invierno lo mejor es una mascarilla que nutra bien el cuero cabelludo para lo que es importante que incorpore aceites naturales, argán, aguacate, jojoba o coco, enter otros.
La nutrición igualmente es importante durante el verano para evitar todos los efectos del sol, la playa, la arena o el cloro de la piscina.
En cualquier caso, para potenciar su efecto -salvo que en las condiciones de uso de la mascarilla se indique lo contrario-, es conveniente envolver el cabello en una toalla caliente.
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