Muchas cremas recurren a extractos de plantas porque tienen muy buenas propiedades para el cuidado de la piel de la mujer. De hecho, cada vez es más frecuente encontrar tratamientos que recurren a estos principios para hidratar, nutrir, regenerar, combatir arrugas o solucionar diversos problemas de la piel. Pero, ¿cuáles son las mejores plantas?
Las plantas
Una de las más conocidas es el aloe vera, sobre todo, por sus propiedades calmantes y los beneficios para regenerar la piel cuando se ha tomado el sol o cuando hay heridas o cicatrices que se quiere eliminar o disimular. Sus propiedades van más allá porque también las cremas que están elaboradas con ella son apropiadas para las pieles grasas gracias a su poder astringente y antiinflamatorio.
Muy popular igualmente es la rosa mosqueta por sus propiedades regeneradoras, siendo muy adecuada para las cicatrices y para disimular las estrías, al igual que la jojoba que es rica en vitamina E y en ceramidas, lo que la convierte en un tratamiento idóneo para hidratar y regenerar la piel. Además, también ayuda a controlar la grasa. En ambos casos, suelen utilizase con fórmulas de aceite para aprovechar mejor sus beneficios.
Aparte de estas plantas, hay otras que quizá sean menos conocidas en belleza. Por ejemplo, la centella asiática, que tiene propiedades regenerativas, aparte de contribuir a estimular la producción de colágeno. Las cremas que la contienen suelen ser muy eficaces, por lo tanto, para frenar las arrugas y los signos de envejecimiento.
La avena es muy conocida para las dietas, pero se sabe menos de ella en relación a las bondades que tiene para la piel. Y es que se caracteriza por tener propiedades suavizantes e hidratantes, siendo ideal para utilizarla con pieles secas y sensibles.
También el karité se puede aplicar en belleza. Como la mayoría de las plantas, se define por su poder regenerador y suavizante. De este modo, es conveniente utilizarla en zonas del cuerpo que hayan perdido elasticidad o bien en zonas muy secas en las que hayan aparecido grietas.