Manual de uso de los acondicionadores en seco

acondicionadores en seco
Los champús en seco son de gran utilidad para arreglar el pelo ante un imprevisto. Pero, además de este producto, hay otras alternativas que igualmente son muy útiles. Se trata de los acondicionadores en seco, que también nos pueden sacar de más de un apuro, aunque para ello es conveniente saber cómo se emplean.

Los consejos

Habitualmente, los acondicionadores en seco tienen el formato de spray y, como su nombre indica, se aplican con el pelo sin mojar, pudiendo utilizarlo en cualquier momento para darle un mayor brillo y vigor al pelo.

Y, como todo producto, tiene su manual de uso para poderle sacar el máximo partido y beneficiarnos de sus ventajas. De hecho, la clave del acondicionador en seco está en su aplicación.

De este modo, hay que tener en cuenta que no se puede poner en la raíz del pelo ni en la zona alta del cabello, debiendo extenderse solo en la parte del cabello que va de medios a puntas.

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También hay que prestar atención a la distancia desde la que se aplica, siendo la más adecuada unos 15 centímetros entre el spray y el cabello. Además, se debe ser cautas con la cantidad que se pone. Lo más conveniente es no utilizar mucho producto para evitar que se puedan producir efectos contrarios tal y como sucede con los acondicionadores normales en los que, si se abusa, lo único que se logra es apagar más la melena.

Otro de los trucos es aplicarlo con la cabeza boca abajo. La clave de este gesto radica en que así es más fácil extenderlo por todo el pelo de una forma más equitativa, evitando que se apelmace en determinados mechones de cabello.

Una vez extendido el acondicionador en seco no hay que olvidarse de darle un pequeño toque con el secador sin aplicar mucho aire para que se pueda eliminar el exceso de producto, aparte de conseguir un mayor volumen del cabello y que también esté tenga más brillo y vitalidad.

En los casos en los que se precise dar más forma al pelo, el aire tiene que ser más caliente. Además, se tiene la opción de utilizar planchas, tenacillas… con posterioridad.

Y el último toque se consigue con un buen cepillado, lo que vuelve a permitir una mejor distribución del producto y retirar posibles excesos que hayan quedado acumulados.

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