A la hora de maquillarse existen diferentes técnicas que se pueden emplear en función del resultado que se quiera conseguir. Si últimamente estaba triunfando el contouring, ahora este método centrado en resaltar determinadas partes del rostro para marcar ángulos y facciones, está dejando paso a otros sistemas que igualmente están causando furor entre las famosas. Se trata del strobing. Una nueva palabra para aprenderse y que conviene conocer para estar al tanto de las últimas tendencias. Pero, ¿en qué consiste? No te preocupes, que te damos todas las claves.
La técnica
El strobing es en realidad una versión del contouring y que, evidentemente, tiene una serie de particularidades. Una de ellas es que el rostro queda más luminoso, aparte de no basarse en combinar tonos más claros y más oscuros para marcar la cara.
Además, en este caso, es decir en el strobing, tan solo se emplean iluminadores o bien tonos claros para aportar luminosidad a la tez y conseguir que la cara se vea más fresca, natural y luminosa.
Una técnica que se puede llevar al extremo si estos cosméticos incorporan además un cierto toque iridiscente para añadir un extra de luminosidad en las zonas de la cara en las que se aplique.
La técnica del strobing es sencilla porque sólo hay que aportar la luminosidad en las partes más elevadas con el fin de crear volumen. En concreto, tanto el iluminador como los tonos más claros de maquillaje se tienen que poner bajo el arco de la ceja, así como entre ellas.
Aparte, también se tiene que aplicar el producto en el puente de la nariz, así como en los labios. En el caso de la boca, la zona clave es el centro del labio superior. Y, por supuesto, no hay que olvidarse de los pómulos. Aquí el secreto radica en poner el producto en su parte superior. Y ya está. Así de simple.