La mediación puede ser definida como el proceso mediante el cual la mente se centra en el alma sin reconocer el flujo de los pensamientos de la vida materialista. Esto es fácil de escribir y de decir, pero es difícil de practicar en realidad. La gente puede tardar meses o años hasta conseguir una técnica adecuada que les permita meditar profundamente. No llegar a adquirir fácilmente esa técnica, puede hacer que muchas personas desistan de realizar esta práctica.
Es un hecho conocido universalmente que la mediación es fundamental para mantener la belleza del cuerpo y la felicidad interna, por tanto, se tiene que iniciarse en algún momento de la vida ¿no crees? Una meditación regular requiere que la persona se siente en un lugar tranquilo y no deje que otros pensamientos incontrolables le molesten. Estos pensamientos no son más que inseguridades, el estrés, el miedo y la ansiedad. Cuando se siente a meditar la persona debe forzarse a no reconocer estos pensamientos.
Esta práctica se puede realizar en cualquier lugar y en cualquier momento. Gracias a la meditación el alma de la persona estará tranquila y calmada. Para muchos, la meditación profunda es el último auto-crecimiento. La meditación profunda debe llevarse a cabo sentado con una postura correcta y en un lugar donde todo esté en calma y haya una absoluta tranquilidad.
La persona debe darse cuenta que existen más cosas aparte de la vida materialista. Este momento, debe estar por encima de los temores cotidianos físicos, emocionales, financieros y mentales. Se debe conseguir una mente libre de estrés preparada para abrir el flujo de energía a través del cuerpo.