Cuando nos maquillamos evitamos aplicarnos ciertos productos o combinar determinados colores porque nos han dicho que es malo para la piel o que el resultado no es atractivo. Sin embargo, muchas veces, esas ideas forman parte de los mitos sobre el maquillaje, que, aunque se han transmitido de generación en generación y seguramente los hemos escuchado miles de veces, no tienen ninguna base real. Aquí te presentamos algunos de ellos
– No debemos aplicarnos la base de maquillaje porque la piel no respira: La piel no respira aire, sino que se oxigena a través de la sangre transportada en los vasos sanguíneos y el maquillaje forma una capa que ayuda a nuestra piel a protegerse de los elementos.
– El corrector de ojeras debe ser dos tonos más claro que tu piel: Éste es un error muy común y, cuando hacemos caso de él, lo único que logramos es destacar las ojeras y las bolsas de los ojos. Lo ideal para cubrirlas es un corrector amarillo, que cubrirá las ojeras y dará un tono natural a la piel.
– Las sombras de maquillaje no son para todas las edades: Parece que a partir de cierta edad ya no debemos maquillarnos los ojos porque nuestro aspecto puede resultar ridículo, pero esto no es así. Debemos evitar las sombras densas o de colores fuertes, pero podemos aplicarnos sombras suaves y difuminadas que ayudarán a dar un aspecto más juvenil a nuestra mirada.
– El colorete sólo sirve para las mejillas: Existen muchas más aplicaciones que desconocemos. Si, por ejemplo, tenemos la frente ancha, con un tono suave de rubor reduciremos su volumen y también podemos corregir otros defectos, como las aletas de la nariz muy hundidas o un mentón pequeño, si utilizamos un rubor de tonos claros. Además, combinando rubor claro y oscuro podemos aumentar o reducir el volumen de nuestro rostro.