El jabón negro proviene de África, pero dese hace bastante tiempo se comercializa en el resto del mundo. Uno de sus principales beneficios es que se fabrica íntegramente con ingredientes naturales, por lo que es sumamente beneficioso para la piel. La tradición de fabricarlo a mano no se ha perdido hoy en día. Y es que esta variedad de jabón surge de la quema de hojas de las plantas y el uso de sus cenizas para crear esa tonalidad grisácea que tanto le caracteriza.
¿Lo has probado alguna vez? Está compuesto por aceite y aceitunas machacadas, que después han sido maceradas en sal y potasio. Sus propiedades son fundamentales para mantener la piel bien limpia y exfoliada. De hecho, éstos son de los principales usos del jabón negro.
El jabón negro tiene múltiples utilidades. De hecho, los africanos lo emplean para afeitarse, como champú y como jabón para los bebés. Las mujeres, además, se lavan con jabón negro durante el embarazo para hidratar la piel seca y ponerle un remedio casero a las estrías que aparecen durante la gestación.
Ritual para exfoliar la piel
Hay quien lo emplea como exfoliante. Si este es tu caso, primero deberás humedecer la piel. Acto seguido tendrás que restregar bien el jabón negro sobre la piel que quieres exfoliar, y date con una esponja en esas zonas. Deja actuar el jabón durante unos 10 ó 15 minutos. Una vez haya transcurrido ese tiempo, enjuágate muy bien la piel.
La exfoliación lo que consigue es desprender a la piel de las impurezas y de las células muertas y la deja limpia y suave. Pero esto no es todo el ritual que se recomienda. Una vez hayas exfoliado la piel deberás ducharte y aplicarte crema hidratante, ya que es posible que las zonas en las que has aplicado el jabón se resequen.
El jabón negro también sirve para exfoliar la cara. Lo único es que conviene tener un cuidado especial en los labios y el contorno de los ojos.