Cada día son más las mujeres y los hombres que se someten a operaciones de cirugía estética, tanto, que se ha convertido en un hecho cotidiano. Esto a veces nos hace olvidar que, aunque leve, se trata de una cirugía y que, por tanto deberemos seguir una serie de precauciones antes de someternos a una operación de este tipo.
Lo más importante es buscar un buen profesional, cualificado, con título de especialista y que, a ser posible, realice la intervención en un centro hospitalario o clínica, para así hacer frente a cualquier complicación que pueda surgir. Muchas veces, buscando opciones económicas, caemos en manos de personas sin titulación ni medios adecuados, lo cual nos puede ocasionar desde un buen susto, pasando porque el resultado sea contrario al esperado o incluso, en ocasiones, la muerte.
Debemos también pasar por las pruebas preoperatorias comunes a toda operación, como electrocardiogramas o análisis, para asegurarnos de que no existe ninguna contraindicación para que nos realicemos la operación o que no somos alérgicos a ningún medicamento.
También deberemos entrar al quirófano estando seguros de que hemos comprendido toda la información relativa a la operación que nos van a realizar, los objetivos que vamos a conseguir con la misma y habiendo firmado un documento en el que prestemos nuestro consentimiento para la realización de dicha operación, como ocurre en el resto de operaciones.
Si tenemos dudas, el cirujano nos debe dar tiempo a resolverlas y tomar la decisión por nosotros mismos, sin presionarnos para que nos sometamos a la intervención.
Si se trata de cirugía mayor ambulatoria o con anestesia general, es necesario asegurarnos de que en el quirófano estará presente un médico anestesista cualificado.
Finalmente es importante que el equipo médico supervise el postoperatorio para asegurarse de que sigue el proceso esperado y solucionar cualquier contratiempo que, aunque no es habitual, pudiera surgir.