El paso del tiempo es inevitable y que se refleje en nuestro rostro también lo es. Poco a poco nos van apareciendo arrugas, que podemos difuminar y suavizar con los productos de belleza que tenemos a nuestro alcance hoy en día, pero, al final, las arrugas suelen ganar la batalla. Por ello, las mujeres que no se resignan a que aparezcan arrugas en su rostro deben acudir a la cirugía estética, aunque estas técnicas que nos proporcionan juventud restan naturalidad y expresividad a nuestras facciones.
Sin embargo, la alianza entre la ciencia y medicina estética sigue dando sus frutos y poco a poco van desarrollánose técnicas para rejuvenecer el rostro que nos son tan invasivas y que también consiguen tensar la piel. Éste es el caso de Silhouette lift, que es una nueva técnica de lifting que tiene muchas ventajas sobre las técnicas tradicionales, entre las que podemos destacar el ehcho de que no deja cicatrices ni pone en riesgho la vida del paciente porque no hay que utilizar anestesia.
Este procedimiento consiste hacer una micro-incisión en la piel e insertar una aguja-guía especial con un hilo de material biocompatible con los tejidos humanos. Esta aguja, al pasar por ciertos puntos, levantará y realzará las partes del rostro que queremos destacar. La intervención dura unos 45 minutos y se realiza con anestesia local, por lo que no es necesaria hospitalización. Es una técnica que los médicos recomiendan a pacientes que sufren un envejecimiento prematuro del rostro.
Por sus características, también se recomienda para las intervenciones de levantamiento de glúteos. La mayor ventaja de esta técnica es, sin duda, que dos días después de realizarla, tanto en el rostro como en los glúteos, podemos volver a nuestra vida normal, eso sí, con una apariencia mucho más juvenil de la que teníamos anteriormente.