Cuando no nos gusta el aspecto de nuestro cabello, puede que optemos por cambiar el corte, la forma e incluso el color, solución que a veces resulta, pero otras veces puede hacer que, al final, nuestro cabello quede en peor estado que antes de cambiarlo. Por ello, antes de hacer un cambio drástico, puedes intentar aprovechar los puntos fuertes que tiene tu cabello, poniendo soluciones sencillas a los problemas más comunes del mismo:
Si tenemos el cabello muy fino, para darle cuerpo lo primero que deberemos hacer es rectificar el corte. Para ello, lo mejor es elegir un corte recto con una melena a la altura de los hombros o un poco más arriba y, si te gusta, mejor en degradé.
Cuando lo peines, es recomendable utilizar espuma para no añadirle peso al cabello, que es lo que tratamos de evitar. Cuando te apliques la espuma, primero ponte cabeza abajo y peina tu cabello desde la nuca a la frente, rociando el producto sobre las raíces en esta posición. Después levanta la cabeza y péinate con los dedos. Si quieres utilizar el secador, utiliza un difusor para darle volumen.
Si tu cabello es grueso, hazte un corte recto a la altura que más te guste, cuanto más largo mejor. Puedes desfilar las puntas, con lo que le quitarás un poco de peso y quedará aún mejor. Para darle el toque perfecto, aplica un gel en spray, que no añadirá peso al pelo y mantendrá la forma del cabello.
En caso de que tu problema sea el pelo rizado, lo mejor es que lleves una melena larga, sobre todo en las capas de arriba, con lo que los rizos parecerán ordenados. Si quieres quitarle volumen a los rizos, un corte a capas es la solución perfecta. Dado que tiende a resecarse, debes aplicarle un tratamiento nutritivo con frecuencia y al peinarlo usar un spray de fijación ligera.