Tipos de sombras de ojos


A hora de maquillarnos los ojos, no sólo tendremos que decidir qué color de sombras utilizamos, sino también qué textura de las mismas escogemos, ya que dependiendo de cuál sea una u otra, nuestro maquillaje aguantará más o menos en tiempo en perfecto estado.

Los tipos de sombras entre los que podemos elegir son las sombras en polvo, las sombras en crema, denominadas también mousse, y las sombras en lápiz.

Para un maquillaje de larga duración lo mejor son las sombras en crema, aunque su textura hace que se cuarteen en el pliegue del párpado móvil, por lo que deberemos hacer un retoque de vez en cuando para evitar este problema. Deberemos evitarlas si tenemos arruguitas muy pronunciadas alrededor de los ojos, ya que es fácil que la crema se desplace y se introduzca en ellas, haciéndolas resaltar aún más. Tampoco son aconsejables si tenemos la piel grasa, pues su contextura cremosa puede hacer que nos aparezcan granitos o espinillas si nos olvidamos de desmaquillarnos, aunque por ello mismo están especialmente indicadas si tenemos la piel seca.

Las sombras en polvo tienen la ventaja de que se pueden utilizar independientemente del tipo de cutis que tengamos. Se adhieren bien a la piel y las podemos encontrar en tonos irisados o mates, con lo cual podemos jugar con tonalidades diferentes para el día y la noche, así como difuminarlas o dejarlas más compactas según el efecto que queramos conseguir. Lo mejor en este tipo de sombras es combinar bien dos colores diferentes o dos o tres tonalidades de la misma gama para acentuar la profundidad del maquillaje.

Las sombras en lápiz son ideales si queremos conseguir un efecto difuminado. El único inconveniente que tienen es que es necesario fijarlas con polvos transparentes para que no desaparezcan por completo.

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