Si queremos dar a nuestro rostro un aire fresco y desenfadado o simplemente buscamos dar un toque de color a nuestro maquillaje sin que nuestros labios destaquen demasiado, el gloss es el complemento perfecto para lograrlo.
En muchas ocasiones, sin embargo, nos limitamos a utilizar el transparente o quizá aquel que tiene un toque rosado porque no sabemos muy bien cuál elegir. Para que esto no te ocurra, aquí te dejamos algunas pautas que te permitirán sacarle todo el partido al gloss.
Variedad de colores
Lo primero que debes tener en cuenta es que existe una gran variedad de colores de brillo de labios, que se pueden dividir en tres tonalidades, claros, medios y oscuros. Dentro de los claros encontramos el coral claro, el rosa pálido y el beige. A los medios pertenecen el rosa, el coral y el naranja y dentro de los oscuros el rojo, el café y el violeta.
Si no encuentras ninguno que te guste, prueba a combinar dos tonos. En este caso, después de aplicar uno, debes esperar unos minutos a que se seque y aplicar el segundo.
Maquillaje de día y de noche
Si vas a utilizar un maquillaje muy recargado, especialmente en los ojos, lo mejor es optar por un gloss transparente o, como mucho, de alguno que pertenezca al grupo de los claros. Esta es una norma que debes seguir también para el maquillaje de día, sobre todo si sólo te das un poco de color, buscando el efecto nude.
Para el maquillaje de noche o cuando el centro de tu maquillaje sea tu boca, utiliza un gloss que sea uno o dos tonos más oscuro que tus labios.
Para que el resultado sea perfecto, asegúrate de elegir un brillo de labios de la misma gama que el tono de lápiz labial, ya que ambos productos se fundirán.