La depilación es el método más utilizado para eliminar el vello corporal, en cualquiera de sus modalidades (cera, cera fría, maquinilla, láser, etc.). Existen zonas del cuerpo, sin embargo, donde no es rentable depilarnos o hacerlo puede conllevar la aparición de un vello más oscuro, más fuerte o más poblado, como ocurre en los brazos o en el labio superior, cuando sólo queremos terminar con algunos vellos visibles.
En estos casos, lo más útil y rápido son las cremas decolorantes, que nos ayudan hacerlo invisible sin eliminarlo.
Decoloración
La decoloración del vello se produce porque las sustancias que componen oxidan el vello facial, eliminando la melanina contenida en este, que es la sustancia que le da color.
Pueden utilizarse en cualquier parte del cuerpo, aunque las modernas técnicas de depilación han hecho que su uso se restrinja a zonas como las comisuras del labio superior o el ombligo.
Aplicación
Su utilización es muy sencilla. El producto está formado por una crema decolorante y polvos activadores, y es éste último el que produce la decoloración del vello, por lo que hay que seguir las instrucciones del fabricante sobre las proporciones de la combinación de ambos productos, ya que de ello puede depender en muchas ocasiones la mayor o menor efectividad del producto.
Es importante no excedernos de la cantidad aconsejada, ya que los polvos activadores son los que producen irritación en la piel, acompañada de sensación de quemazón y enrojecimiento.
Por ello, también debemos tener muy en cuenta el tiempo de exposición aconsejado en el envase, ya que si nos excedemos también puede aparecer irritación. Este tiempo dependerá del grosor y la cantidad de vello que queramos eliminar.
La duración del efecto es variable según la aplicación y nuestro tipo de vello, pero habitualmente nos durará entre tres semanas y un mes, por lo que es una buena solución para salir del paso.