Los tratamientos con células madre se han convertido hoy en día en una buena alternativa para evitar el envejecimiento de la piel, hacer que las arrugas desaparezcan y conseguir una mejor hidratación. Aunque en el mercado hay varias cremas y cosméticos que integran en su composición las células madre, los tratamientos más eficaces son los que se realizan en centros de estética especializados porque se ataja más el problema de raíz y no sólo en la parte más superficial de la piel. Los resultados son mucho mejores que los que se pueden conseguir con el botox.
Tratamientos
Principalmente, en los centros de estética especializados -porque este tipo de tratamientos no se aplica en todos-, se utilizan tratamientos con células madre de origen humano o bien vegetal. En general, son más efectivos los que emplean las células madre de origen humano y, máxime, si esas células madre proceden de la misma persona a la que se le va a hacer el tratamiento.
En estos casos, en el centro de estética se extrae una pequeña cantidad de grasa de la persona para sacar, posteriormente, esas células madre que se aplicarán en el tratamiento. Un proceso que lo más habitual es que se haga en laboratorios, incluso hay clínicas que los envían a laboratorios extranjeros. Tras hacer toda la parte clínica, esas células madre se utilizan con fines estéticos pudiendo utilizarlas como injertos o como rellenos en las zonas del cuerpo que se quieran mejorar. De este modo, también es posible utilizarlas como implantes corporales con la ventaja de que no se producen rechazos en el organismo.
Además, también se pueden encontrar tratamientos en los que se emplean células madre de origen vegetal, siendo en la mayoría de las ocasiones de frutas o vegetales que tienen efectos beneficiosos y que previenen el envejecimiento como pueden ser las manzanas. El objetivo principal de estos tratamientos es mantener la piel sana y flexible para que no aparezcan arrugas. Aparte se produce una reestructuración cutánea desde el interior de la célula.
Los tratamientos son efectivos, pero tienen un precio que hace que todavía no estén al alcance de todos los bolsillos. A modo orientativo, porque depende de la zona del cuerpo y de si son células madre de origen humano o vegetal, el precio es de unos 3.000 euros para el rostro.