Tratamientos de belleza sin cirugía

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Nos guste o no, cuando cumplimos 30 años nos damos cuenta de que nuestro organismo ya no tiene tanta facilidad para renovarse, puesto que la regeneración celular es cada vez menor y eso se nota. La pérdida de colágeno, la falta de hidratación o la oxidación provocan cambios en nuestro rostro, como por ejemplo la aparición de nuevas arrugas que nos llevan a pensar en el rejuvenecimiento facial, que es uno de los tratamientos a los que podemos acceder sin necesidad de pasar por el quirófano.

Rejuvenecimiento facial

Es muy recomendable ponerse en manos de un especialista, ya que podrá ofrecernos un diagnóstico de la piel profesional, ya sea facial o corporal. Nos podrá hablar sobre el estado de hidratación, sobre los factores que más afectan a nuestra piel, sobre la calidad de la piel… Es necesario someterse a un examen de este tipo para poder trazar un plan personalizado y efectivo.

Arrugas de expresión

Son arrugas que aparecen por nuestro día a día, por aquellas expresiones que llevamos a cabo de forma natural, sin darnos cuenta. Un tratamiento con botox puede ayudar a relajar ciertas partes de la cara como la frente para evitar que las arrugas sean más pronunciadas. Esto hace que no solo tu rostro rejuvenezca, sino que también parece estar más relajado, como con una expresión que se aleja de la preocupación. Todo ello sin perder la expresividad, y lo mejor de todo es que el tratamiento se realiza en sesiones de entre 20 y 30 minutos. ¿Cuándo se empiezan a notar los efectos? A partir de los seis meses.

Flacidez

Otro de los tratamientos de belleza para los que no hay que pensar en la cirugía es el que resuelve el problema de la flacidez, que por si no lo sabías se puede afrontar de muchas maneras. Por ejemplo, se puede recurrir al el tratamiento Genesis By Mesoestetic, que es un procedimiento médico no invasivo muy eficaz porque deja la piel más tersa, densa e hidratada.

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Peeling facial

Llegados a este punto, hay que hablar del peeling facial, que es una técnica de exfoliación llevada a cabo por profesionales con la que podemos eliminar manchas, marcas y pequeñas arrugas como por arte de magia. Además, no solo es un tratamiento popular por eso, sino que también tiene otras virtudes como lograr que la piel se vea más joven, suave, luminosa e hidratada. Es más, también reduce los poros. ¿Cómo se consigue? Estimulando la creación de colágeno, activando la circulación de la piel y mejorando la absorción de productos cosméticos. En función de la profundidad, podemos hablar de tres tipos de peeling distintos: peeling mecánico, peeling químico y peeling físico. El mecánico se lleva a cabo mediante cepillos, rodillos o lijas con micropartículas como cristales o piedra. El químico, como su propio nombre indica, se lleva a cabo con productos químicos como el ácido. Y, por último, el físico se produce gracias a la acción de un agente físico que logra la disminución de la capa más superficial de la piel.

Falta de luminosidad

Es un problema que también preocupa porque se nota muchísimo. Una piel luminosa es una piel hidratada, nutrida, oxigenada y relajada. Con un cóctel de vitaminas, sin tener que pasar por el quirófano, podemos recuperar esa luminosidad. Microinyecciones superficiales de distintos principios activos se encargan de nutrir y proteger tu piel desde el interior.

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