Además del tradicional rimel y de los rizadores de pestañas que todas solemos tener en casa, hay disponibles a través de centros de belleza y de estética una serie de tratamientos profesionales que permiten mejorar su aspecto, además de preservarlo durante bastante tiempo.
Los tratamientos
En los últimos años han aumentado también los tratamientos para las pestañas, que hasta ahora habían sido las grandes olvidadas de los centros de estética y cosmética, ya que principalmente todo se centraba en productos para hacerlas crecer.
Sin embargo, desde hace un tiempo, es posible mejorar su aspecto sin necesidad de recurrir de manera continuada al rimel o al rizador. Uno de los tratamientos más conocidos es el del color. En realidad, se centra en aplicar un tinte para que mantengan el color de forma más duradera y, por ejemplo, tapar las pestañas que son más claras y se quieren tener más oscuras o bien disimular el efecto canoso que pueden llegar a tener. Un método con el que no es necesario utilizar la máscara de pestañas.
Otra de las alternativas que hay es darles forma ondulada. Evidentemente, en casa se puede hacer utilizando el rizador, pero también en los centros de estética se pueden aplicar tratamientos para que estén curvadas durante más tiempo sin tener que hacer la técnica en casa todos los días antes de maquillarlas. A modo de comparativa, es como hacer una permanente, pero en las pestañas. De hecho, el sistema es parecido, puesto que se utiliza un pequeño rulo con líquido para que queden curvadas.
Y, finalmente, hay que hablar de otro tratamiento. Se trata del lifting, cuya técnica también ha llegado a las pestañas. El objetivo es alargar y estirar las pestañas naturales para que tengan una mayor longitud. Lo habitual es que este método se combine con un tinte, evitando así tener que emplear rimel. Este efecto puede llegar a durar un mes y medio aproximadamente.