Lucir una manicura perfecta tiene truco. Y es que muchas veces el esmalte o laca de uñas no se va o dura poco porque sea de mala calidad, se aplique mal o no se deje secar el suficiente tiempo entre capa y capa. La clave puede estar en las propias uñas. Es fundamental cuidarlas no solo para que la manicura esté intacta más días, sino también para que estén más fuertes y sanas.
Hidratación
Y, para ello, la clave está en mantenerlas bien hidratadas. Seguramente, ya tendrás el hábito de aplicarte crema en las manos por las noches o con cierta periodicidad a lo largo del día. Tan solo hay que llevar este simple gesto hacia las uñas para extender también la crema sobre ellas.
Para conseguir una mayor hidratación, es muy beneficioso aplicar una mascarilla en las uñas como podemos hacer sobre el rostro o el cabello. No hay que olvidarse de que las uñas tienen sus propias necesidades. Y, ¿cómo se hace? Es sencillo. Simplemente, hay que poner una capa generosa de la crema de manos y extenderla bien, dejándola actuar unos treinta minutos. Con el fin de no tocar nada durante este proceso, puedes poner unos guantes de algodón.
Otro truco que da un buen resultado para conseguir una mayor hidratación es utilizar aceite de oliva. Con unas gotas se puede dar un suave masaje sobre ellas. Un proceso que es posible hacer con otros aceites como el de albaricoque o semillas de uva, entre otros muchos.
Adiós cutículas
Si a pesar de estos métodos para hidratar bien las uñas, todavía tienes cutículas que se resisten, hay que pasar a la acción para poner punto y final. Aquí el truco consiste en hidratarlas con la ayuda de un ablandador de cutículas y empujarlas hacia atrás con un palito de naranjo.
Aparte de solucionar así el problema de las cutículas, también notarás que las uñas se ven más largas y más cuidadas. Son trucos sencillos que no te llevarán mucho tiempo pero que sí funcionan.