En la adolescencia, dado que nuestra piel es joven y llena de elasticidad, no debemos abusar de cremas y otros productos para cuidar la piel y tampoco debemos excedernos cuando nos apliquemos el maquillaje. Sin embargo, sí podemos seguir una serie de consejos que nos ayuden a sacar a nuestro rostro el mayor partido posible:
– Si tienes acné, no utilices base de maquillaje: Si lo haces, sólo conseguirás obstruir más los poros y agravar el problema. Si quieres disimular alguna imperfección de tu piel, utiliza el corrector y después aplícate unos polvos iluminadores. Utilizar base de maquillaje no es recomendable hasta mucho después, cuando la piel se haya equilibrado.
– Como lo que buscamos al maquillarnos de día es un aspecto natural que realce nuestros rasgos, lo mejor es elegir maquillaje en tonos claros o medios, pero nunca oscuros y nunca aplicarnos demasiada cantidad de producto. Por la noche, puedes acentuar el maquillaje, utilizando sombras más oscuras para los ojos y enmarcándolos con un delineador para resaltarlos, preferiblemente de textura líquida. En los labios también puedes utilizar tonos más intensos.
– Cuando te maquilles, elige si quieres realzar tus ojos o tus labios, pero nunca ambos. De otro modo, el maquillaje queda demasiado recargado y, lejos de favorecernos, nos restará belleza.
– No utilices cualquier producto para combatir el acné. Lo mejor para mantenerlo a raya es limpiarte bien la piel del rostro por la mañana al levantarte y antes de acostarte y, si quieres, utilizar alguna mascarilla natural específica para tu tipo de piel. Antes de utilizar cualquier otro producto, lo mejor es consultar al dermatólogo, que te indicará sobre el mejor tratamiento seguir.
– No olvides utilizar el protector solar. De ese modo, mantendrás tu piel joven, sin arrugas ni manchas durante mucho más tiempo.