En más de una ocasión, ya hemos hablado de que el sol y broncesarse puede tener efectos nocivos para la piel porque aparecen manchas, arrugas… Sin embargo, no es imposible ni incompatible lucir moreno sin temer a que aparezcan las líneas de expresión u otras imperfecciones en el rostro.
Los consejos
Uno de los más importantes, aunque siempre se repite, es utilizar la crema con filtro solar de 50+ y aplicarla sobre el rostro unos 30 minutos antes de exponerse al sol, siendo conveniente volver a ponerla de forma periódica. En las pieles propensas a manchas o para prevenirlas, no hay que olvidarse de emplear el filtro solar durante todo el día, aunque ya no se esté en la piscina o en la playa.
Es fundamental que, una vez se ha terminado de tomar el sol y el día de playa o piscina, se lave bien la cara en casa para eliminar los restos de bronceador, cloro, sal, arena… para, a continuación, aplicar una crema tipo aftersun y que ayude a calmar la piel y evitar inflamaciones.
No hay que olvidarse tampoco de utilizar las cremas de tratamiento habituales. Es muy importante que el producto responda a las necesidades de la dermis en ese momento, además de aportarle activos antiedad. Por la noche, en esta época del año, es clave emplear una crema que favorezca la renovación celular.
Especial cuidado hay que tener con zonas del rostro que son muy delicadas como los ojos y los labios. En el caso de los primeros, además de poner protector solar, es conveniente ponerse las gafas de sol con las que a su vez se evitan gestos que propician la aparición de arrugas.
El cuidado de los labios pasa por utilizar un protector específico con filtro 50+ y productos emolientes como ceras y aceites naturales para que no se deshidraten, no aparezcan arrugas y no pierdan volumen por la exposición al sol.