Al maquillarnos, no sólo aumentamos la belleza y el atractivo de nuestro rostro destacando los rasgos más favorecedores del mismo. También podemos, utilizando los útiles habituales, corregir pequeños defectos del rostro, de forma que quede más armónico, embelleciéndonos aún más.
Al ser los ojos la parte del rostro que centra más miradas, corregirlos nos permitirá lograr dicha armonía, y para ello, sólo tenemos que utilizar algo tan sencillo como el eyeliner.
Si tus ojos están muy juntos, debes utilizar un perfilador negro, gris o marrón. Comienza a aplicarlo desde el tercio exterior del párpado superior hacia afuera y difumínalo con un pincelito. De este modo, ópticamente aumentarás el espacio entre los ojos .
Si tu problema es el contrario, es decir, los tienes muy separados, debes utilizar un perfilador muy fino y con él delinear la parte más cercana al lacrimal, tanto en el párpado superior como en el inferior. Debes ir aumentando ligeramente el espesor del trazo a medidas que delineas el párpado hacia el exterior. Para conseguir un efecto aún mejor, difumínalo también.
Si tienes los ojos caídos, el delineador también puede ayudarte. Para ello debes aplicar el eyeliner comenzando desde la mitad central del párpado hacia el exterior, pero en lugar de seguir la línea natural del párpado, debes trazar una línea ligeramente ascendente, aunque cuidando que no quede muy separada del mismo. Para acentuar el efecto debes aplicar una máscara de pestañas que las alargue y no olvides maquillar sólo la parte exterior del párpado superior.
Finalmente, si tienes los ojos saltones, debes aplicar el eyeliner desde la mitad central del párpado hacia afuera en el párpado superior y hacer la misma operación en el párpado inferior pero por dentro del mismo. De ese modo, habrás definido el contorno de tus ojos, dándoles una forma más almendrada.