Las ojeras son uno de los problemas de estética que más preocupan a muchas mujeres. Y es que, a veces, es difícil poder acabar con ellas porque las cremas no funcionan ni tampoco los remedios más habituales como los antifaces o los parches para los ojos. La razón de este escaso resultado de los cosméticos radica en que muchas veces las ojeras responden a otros problemas como los circulatorios o la falta de sueño e, incluso, se apunta a que pueden tener un cierto componente genético. En estos casos, solo queda recurrir a un buen maquillaje para disimularlas al máximo para lo que hay que seguir una serie de trucos.
Consejos
Lo más habitual para disimular o tapar las ojeras es aplicar un corrector directamente. Pero este gesto tan habitual puede ser un error en algunos casos porque se puede conseguir el efecto contrario, es decir, que se noten más.
De este modo, en primer lugar, hay que tratar de ocultarlas con la base de maquillaje que se utiliza. En el caso de que no sea suficiente, entonces sí hay que recurrir a emplear el corrector, que tiene que aplicarse con un pincel para distribuirlo bien y tapar la zona afectada.
Un consejo importante es que tiene que ponerse poca cantidad de corrector, ya que la clave está en difuminarlo bien para que se funda con la base de maquillaje y las ojeras no sean visibles ni se cree el denominado efecto de “ojos panda”.
Para conseguir tapar las ojeras con el corrector es también muy importante el tono que se elija. El factor decisivo es el color que tiene la propia ojera. De este modo, si las tienes azuladas, hay que coger un corrector amarillento, mientras que si la piel es muy clara, la mejor opción es elegir el beige.
Para las mujeres que tienen las ojeras de color grisáceo, es preferible que apliquen un tono beige rosado y, para las que son marrones, la alternativa pasa por un corrector en color coral.