Esta temporada el eyeliner va a seguir siendo la estrella en el maquillaje para ojos. Si te gusta, pero no te atreves, o si alguna vez has probado, pero no te ves favorecida, no te preocupes. Aquí te explicamos cómo tienes que utilizarlo para que sigas la moda y estés radiante. Y es que, según la forma de ojo, tienes que hacer un trazo u otro. Luego ya el color y el resto de maquillaje corren por tu gusto y cuenta.
Eyeliner y ojos
Como habitualmente sucede con los maquillajes o con los estilos de maquillar una determinada zona del rostro, lo que más favorece depende de la forma de la cara o bien de una determinada parte de él, en este caso, de los ojos. Y el eyeliner no es una excepción porque además se tiende a pensar que es sólo para un estilo de mujer determinado, aparte de existir la tendencia generalizada de que es muy difícil de aplicar y de utilizar.
Nada más lejos de la realidad y, para demostrarlo, vamos a empezar con la forma más favorecedora de utilizar el eyeliner y que, en general, sienta bien a todo tipo de ojos. En este caso, la técnica consiste en aplicar un trazo a ras de las pestañas que no debe ser muy grueso a lo largo de todo el párpado móvil, dirigiendo la línea hacia la sien y terminando con una ligera punta redondeada. Con este trazo, se consigue un efecto que alarga el ojo, aparte de hacerlo también más grande. Hay que tener en cuenta que cuanto más prolongues el trazo, más alargado aparecerá el ojo, aunque como en todo hay que tener mesura.
Por el contrario, hay que tener especial cuidado con el eyeliner que sigue el estilo de los años 60 porque este trazo no es apto para todos los ojos, teniendo que evitarlo si se tienen hundidos o bien los huesos que los rodean son muy pronunciados.
En el caso de tener los ojos almendrados, se puede utilizar cualquier tendencia que veas en las revistas o que te guste, pero con la excepción de los que tienen un trazo corto y sin rabillo porque, entonces, se consigue hacer los ojos más pequeños.
Para los redondeados, la mejor opción es empezar a aplicar el eyeliner desde la mitad del ojo o desde el punto más alto de la curvatura, de manera que el trazo se vaya prolongando en dirección a la sien. El inicio de la línea no tiene que ser muy grueso para que no se perciba dónde comienza realmente.
Los ojos pequeños también pueden utilizar el eyeliner, aunque con cuidado para que no parezcan aún más pequeñitos. Lo que más les favorece es hacer un trazo de eyeliner que cubra todo el párpado móvil si tienes en el párpado un pliegue. Por el contrario, si ese pliegue es inexistente, la mejor alternativa es trazar a ras de las pestañas un trazo grueso y también hacerlo por debajo de ellas.
Y, si son los ojos muy grandes, en primer lugar tienes que tener presente que la línea debe ser fina y alargada con una ligera tendencia hacia arriba para elevar la mirada, siendo también preciso delinear por la parte interior superior del ojo.