El corrector amarillo, al igual que ocurre con el verde o el violeta, no invita mucho a ser utilizado, ya que da la sensación de que, cuando nos lo apliquemos, nuestro rostro quedará, si no totalmente amarillo, sí de un color que resultará de todo menos favorecedor. Pero al igual que ocurre con los otros correctores, esto no es así, sino que en este corrector encontramos otro aliado para conseguir un aspecto radiante cuando queramos un resultado perfecto en nuestro maquillaje.
El corrector amarillo es ideal para utilizarlo esos días en los que estás completamente agotada y te sientes exhausta y el cansancio se refleja perfectamente en tu cara.
En esos momentos, lo mejor que puedes hacer es aplicar un poco de corrector a tu rostro, dándole un tono más cálido a tu piel y haciéndola lucir brillante y mucho mejor.
También puedes utilizarlo para cubrir las ojeras, sobre todo si son azuladas o en tonos púrpura, con lo cual es ideal para recuperar el buen aspecto después de una o varias noches sin dormir. Si son muy pronunciadas, quizá no las pueda hacer desaparecer del todo, pero puede cubrirlas y disimularlas en gran medida. Eso sí, debes tener cuidado en no aplicar demasiado corrector, o pasarán de ser azules a adquirir un tono mostaza que también las hará destacar.
El corrector se debe aplicar después de limpiar e hidratar la piel pero antes de la base de maquillaje. Pon una pequeña cantidad en el dedo y aplícala con pequeños golpecitos suaves en el área que quieras cubrir, sin frotar ni apretar demasiado. Después deja secar el corrector durante medio o un minuto y ya puedes terminar de maquillarte. Recuerda que si usas una base de maquillaje mineral en polvo, debes usar también un corrector en polvo en lugar de líquido.