Unas buenas pestañas pueden cambiar por completo el ojo. Y es que no es lo mismo tener pocas que muchas, ni que éstas sean más cortas o más largas. Habitualmente, se tiende a utilizar el rimel para darles forma, alargarlas, aportar volumen… pero también hay otra serie de cuidados que se pueden hacer en casa para alargarlas.
Los consejos
Una de las pautas más importantes que se puede adoptar para tener unas pestañas más largas es seguir una buena alimentación. No hay que olvidarse de que son como el cuero cabelludo y necesitan vitaminas, proteínas… para que se muestren en todo su esplendor.
Y, el caso de las pestañas, no es diferente. De este modo, es conveniente seguir una dieta equilibrada y variada en vitaminas y minerales para que las pestañas crezcan más fuertes, no se partan y se alarguen, así como ingerir la cantidad diaria recomendada de proteínas.
Además, es aconsejable para conseguir este objetivo utilizar una serie de productos que ayudan a que crezcan. Los que mejores resultados están dando son los sérums, siendo más recomendable optar por aquellos con péptidos. La clave está en que con su aplicación, se consigue que nazcan más pestañas y más largas en un período de entre dos y cuatro semanas aproximadamente. Todo ello es posible, aparte de por los péptidos, por el resto de sus componentes como las vitaminas y los activos para la hidratación.
Para los casos más extremos, es decir, aquellas situaciones en las que se han caído o perdido por una enfermedad o por su tratamiento como puede suceder con la quimioterapia, puede ser recomendable utilizar prostaglandina. En realidad, su uso es para tratar el glaucoma, pero también permite que crezcan las pestañas. Sin embargo, su utilización debe hacerse con recomendación y bajo control médico, puesto que se producen efectos secundarios como irritaciones, la aparición de vello y manchas en las zonas más próximas y el oscurecimiento del iris, entre otras posibles afecciones secundarias.