Cuando quedan pocos días para comenzar las vacaciones y disfrutar del merecido descanso, hay que pensar en preparar la piel en aquellos casos en los que se vaya a la playa o bien a realizar alguna exposición a los rayos solares como puede suceder en la piscina o en la montaña. Con cuatro simples pasos, la piel estará lista para comenzar a broncearse, pero con precaución, y lucir un favorecedor moreno.
Los consejos
El primer paso antes de exponerse al sol es hacer una buena exfoliación para que la piel esté perfectamente limpia y libre de impurezas al no haber ya células muertas, que propicien que el bronceado no sea uniforme y bonito.
A continuación, lo que hay que hacer es una buena hidratación, aprovechando que los poros están abiertos y que la piel está más dispuesta para recibir el aporte de la hidratante. Lo más importante es utilizar una crema que responda a las necesidades de cada piel, además de tener que aplicar una capa generosa para que la dermis quede bien hidratada.
Además de estos cuidados, también en estos días es fundamental cuidar la alimentación, siendo recomendable aumentar la ingesta de productos como las zanahorias, melón, albaricoque y tomate. El secreto está en que favorecen la síntesis de la melanina, es decir, que ayudan a que la persona se broncee.
Y, finalmente, no hay que olvidarse de otra clave importante: utilizar cremas solares con protección. Bajo ningún concepto hay que exponerse sin cremas protectoras de los rayos del sol. Es importante utilizar un factor alto y evitar estar al aire libre en las horas de más radiación, que se concentran entre las 12.00 y las 16.00 horas.
Tampoco se puede hacer una exposición al sol muy prolongada durante los primeros días. Es mejor comenzar poco a poco con unos minutos para ir aumentando el tiempo de forma progresiva. Además, esas primeras exposiciones no es bueno hacerlas en las horas de mayor radiación solar, siendo más recomendable las primeras horas de la mañana.