Aunque la cosmética es muy efectiva para tratar problemas de la piel, también la naturaleza es una buena fuente de plantas, flores y productos naturales que son de gran utilidad para cuidar el cutis. Una de ellas es la manzanilla, que quizá es más conocida para la salud o los cuidados del cabello, pero que también es muy efectiva para tratar aquellas dermis que tienen problemas de rojeces.
La mascarilla
En todas estas pieles, que tienen tendencia o bien de forma habitual se ven afectadas por lo que comúnmente se conoce como rojeces y que también se denominan rosácea o cuperosis, las mascarillas de manzanilla son una buena solución por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias que favorecen que vayan desapareciendo poco a poco esas zonas rojas del rostro.
La preparación en casa es muy sencilla. Tan solo se necesitan dos bolsitas de manzanilla, como las que se compran para preparar infusiones para beber, y un vaso de agua. Además, será necesario tener a mano unos algodones como, por ejemplo, los que se emplean para desmaquillar el rostro o bien si la zona es extensa un paño de algodón.
En primer lugar, hay que preparar la manzanilla, siguiendo un proceso que es igual al de una infusión para beber. Una vez que se ha enfriado la tisana, hay que empapar el paño o los algodones con ella.
A continuación, se debe colocar sobre las zonas afectadas del rostro, procurando que queden bien cubiertas. Para que actúe, es necesario dejar pasar unos 15 minutos de tiempo. Tras este período, hay que quitar el paño o los algodones y ya estarías lista porque no es necesario aclarar ni limpiar la piel después.
Esta mascarilla natural de manzanilla se puede realizar durante dos o tres días a la semana, aunque si el problema es importante es posible hacerla a diario e, incluso, varias veces al día.