Siempre se habla de la incompatibilidad de determinados ingredientes de las cremas y otros productos de belleza con los rayos solares y el verano. En el punto de mira siempre están el retinol, la vitamina C y la toxina botulínica. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en todo esto? Aquí aclaramos las principales dudas.
Retinol
Uno de los primeros aspectos que hay que tener en cuenta es que los efectos del retinol se acumulan. Esto hace que no sea recomendable prescindir de él en los meses de verano si ya se ha empezado el tratamiento, ya que su acción se va notando conforme más se usa.
No obstante, en verano, es conveniente cambiar sus pautas de aplicación al ser un fotosensible. Lo más aconsejable es utilizarlo en días alternos por la noche y en cremas o sérums con dosis más bajas que en los meses de menos sol. Y, por supuesto, es imprescindible utilizar protección solar FPS 50.
Vitamina C
Este componente de las cremas también está en el punto de mira porque, bajo los efectos del sol, puede favorecer la aparición de manchas. En relación a los meses de verano y días de mayor exposición solar, siempre lo más recomendable es utilizarlo antes para tener el efecto buena cara.
Una buena solución es emplear cajas de ampollas con alta concentración para emplearlas por la noche para hacer tratamientos de choque. Al igual que con el retinol, hay que aplicar protección solar alta, especialmente, a la mañana siguiente de haber realizado la aplicación.
Toxina botulínica
La toxina botulínica no reacciona ante el sol por lo que se puede utilizar sin problemas a diferencia de lo que sucede con otros tratamientos como el peeling químico o la luz pulsada. Pero, como en todos casos, y este no es ninguna excepción, siempre es recomendable utilizar un fotoprotector para proteger la piel de los rayos solares.
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