La compañía americana de cosméticos, Estée Lauder, ya se preparó el año pasado para afrontar los retos de la recesión económica. Terminado el año, y echando la vista atrás, la compañía ha pasado un año mucho mejor de lo que esperaba. La decisión más importante que realizó la empresa fue la de la introducción de productos más asequibles en diferentes tiendas, para satisfacer las necesidades de nuevas clientas con la misma calidad.
Esta estrategia, basada en la bajada de precios, ha sido utilizada también por diferentes y conocidas empresas del mercado de los cosméticos. Pero no todas han salido tan airosas como Estée Lauder, ya que es muy difícil “premiar” a los clientes con precios más competitivos y, al mismo tiempo, mantener su imagen de marca. No todas las exclusivas clientas de estas marcas quieren llevar el mismo pintalabios que puede llevar cualquier mujer de la calle.
Hace unos meses, se celebró una cumbre mundial sobre el lujo en Nueva York. Allí, el director de operaciones de Lauder, Fabrizio Freda, habló sobre la buena idea que había mantenido con tanto éxito otra gran empresa como Clinique. Esta empresa de cosméticos, ya llevaba mucho más tiempo lanzando al mercado diferentes líneas más asequibles. Este es el caso del perfume Happy; este se convirtió en todo un éxito gracias, principalmente, a lo accesible que era para todas sus clientas.
Estée Lauder también tiene planes para ampliar su mercado. Como la mayoría de las grandes marcas, su objetivo principal será Asia, ya que se mantiene como la zona más interesante para los negocios a largo plazo.